Próximo miércoles, poco antes de las 12.00 horas, en la puerta de entrada al patio isabelino del departamento de Cultura. Uno de los encargados del protocolo va recibiendo a los asistentes al acto de entrega de la Medalla de Oro de Navarra a la CEN, UGT y CC.OO.
La instrucción es clara: a quienes acudan dispuestos a aplaudir la concertación social, asiento de mitad de patio hacia delante y, a poder ser, junto a algún radiador que va a hacer frío; a quienes acudan escocidos porque creen que la medalla es un pago o un bozal, de la mitad hacia detrás y que se pongan bufanda. Pero algo le descuadra:
- Buenos días. ¿Nombre?-, pregunta a alguien que llega.
- Hola. Soy un trabajador de una empresa al que acaban de echar a la calle.
- (Silencio...) ¿Y de parte de quién viene, de los empresarios o de los sindicatos?
- ¿Del novio o de la novia? Digamos que de ambos y de ninguno.
- Lo siento, pero no figura en la lista de invitados.
- ¿No le vale la lista del ERE? Porque en ésa salgo en mayúsculas...
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