El congelador es una gran ayuda en la cocina. Un estudio de la Fundación Idea Sana dice que el 48% de las familias no descongela bien los alimentos
LA congelación permite realizar compras grandes, cocinar mayor cantidad de un plato para luego congelarlo en raciones y disponer de productos fuera de su temperada. Ahora bien, es necesario que el proceso de congelación y, posteriormente el de descongelación, se realice en buenas condiciones en aras de la seguridad alimentaria.
Una mala congelación o descongelación puede modificar los nutrientes, el sabor y la textura de los alimentos y, en algunas ocasiones, llegar a provocar intoxicaciones. El Observatorio de Idea Sana de Eroski detectó que un 48% de las familias españolas no descongela bien los alimentos. El error más frecuente es descongelar los productos a temperatura ambiente (sobre la encimera, sobre una calefacción o bajo un chorro de agua caliente) cuando los expertos aconsejan, como norma general, descongelar en el frigorífico.
En estos días, de cara a las próximas fiestas navideñas, el congelador es también un buen recurso para comprar productos a precios más económicos. La congelación es un proceso que paraliza prácticamente toda la actividad bioquímica interna de un alimento. Un alimento bien congelado conserva toda su calidad, sabor, apariencia y valores nutritivos hasta el momento de su consumo. De ahí, que los alimentos refrigerados no tienen por qué ser siempre más frescos y sanos que los congelados.
La regla de oro es que nunca hay que congelar alimentos que hayan sido descongelados previamente.
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