La actriz donostiarra es la última incorporación a "Aída", donde dará vida a Soraya, la "hija pródiga" de la heroína de Esperanza Sur. "Llevo una semana en la serie y todavía tengo los nervios de una primeriza", admite
Por fin se descubre a la hija mayor y pérdida de Aída. Miren Ibarguren, que debe su éxito a Sonia, miembro de pareja más joven de Escenas de matrimonio, es la encargada de dar vida a Soraya, la primogénita de la heroína de Esperanza Sur a la que ya se mencionaba en la desaparecida 7 vidas.
Ibarguren cambia de serie y de jefe, de José Luis Moreno a Emilio Aragón, pero continúa en Telecinco, donde esta donostiarra de 28 años reaparecerá el próximo enero en la que será la sexta entrega de Aída. Ibarguren empezó en el serial de ETB Goenkale, saltó al circuito nacional como Paula en A tortas con la vida -Antena 3- y colaboró en Aquí no hay quien viva.
Lo suyo ha sido un fichaje estrella.
Estoy muy contenta. Es un honor entrar en una serie como ésta, pero también da vértigo. Es muy heavy...Hice las pruebas y enseguida me llamaron para decirme que era Soraya. Soy seguidora de Aída, me gusta el humor tan especial que tiene, tan social, y, a la vez, el contexto tan real en el que se desarrolla.
Especial, social y fuerte.
Sí, lo es. Sólo llevo una semana y todavía tengo los nervios de una primeriza.
Pero usted ya lleva mucha televisión.
Ya, pero tengo que adaptarme. Es un equipo muy engrasado, llevan mucho tiempo juntos y están muy compenetrados.
¿Con quién está más cómoda?
Con Ana Polvorosa -Lorena-. Había trabajado con ella y fue la que me dio la réplica en la prueba. Ana y el director me están ayudando mucho.
Muchos espectadores tienen en la cabeza a su Soraya, a la que se ha nombrado muchas veces en esta comedia. ¿Cómo la ve usted?
Es la hija que se fue para casarse y que regresa al barrio aparentando lo que no es. Se siente como una pija, pero el barrio corre por sus venas. Al principio, no grita, pero como el personaje va evolucionando, acabará gritando la que más.
Y soltará burradas.
Seguro que alguna dirá.
Soraya, además, no viene sola.
No. Viene con su hija, Aidita, papel que hace Sanserina Lazar, una niña de ocho años que es la bomba y con la que tengo la mayoría de las escenas.
¡Menudo cambio! De Escenas de matrimonio a Aída.
No se pueden comparar porque son dos ficciones que no tienen nada que ver, ni los temas que abordan cada una y tampoco el paisaje. Escenas...era una casa y estaba con mi pareja y un par de amigos, mientras que aquí he aumentado la familia. Son dos trabajos en los que me siento muy a gusto, porque en las dos estoy aprendiendo muchas cosas y disfrutando.
Ambos títulos coinciden en su tirón con la audiencia y por haber levantado más de una polémica.
Estar en una producción que gusta es una responsabilidad. Yo trabajo mucho, no me relajo y en Aída estoy como empezando de cero, muy atenta a lo que me piden. No pienso en los millones que siguen la serie -en su anterior ciclo se acercó a los seis millones de seguidores, con un 30,8% de cuota- porque me entraría miedo y me podría bloquear. La tele llega a muchos sitios, tiene mucho poder, y es muy democrática porque si no te gusta lo que ves, coges el mando y cambias. Hay opiniones para todos. Lo que puedo decir es que Escenas... nunca ha pretendido ofender a nadie.
Lo cierto es que, hasta ahora, ha escogido muy bien sus trabajos televisivos.
Eso ha sido por suerte y algo de intuición. Lo que más me importa es cambiar de personajes y, por supuesto, el guión.
Ya ha dicho que viene a reforzar y que no va a sustituir a nadie -Machi está en los 13 nuevos capítulos-.
¿Sustituta de Carmen? Para nada. Tendré con ella escenas maravillosas. Carmen es muy buena compañera, es insustituible porque es un pedazo de actriz. Tiene unos registros...
¿Hay un humor vasco?
Sí y es irónico. Yo soy bastante irónica.
Una última pregunta ¿cómo viste Soraya?
Su estilo es más bien clásico, pero como va cambiando, al final saldremos todos en chándal.
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