Un centenar de personas tuvieron ayer la oportunidad de visitar el Palacio de Navarra, que abrió ayer sus puertas al público, en una serie de visitas con motivo del Día de la Comunidad foral
ESPECTACULAR, colorista, majestuoso". Así definen los primeros visitantes el interior del Palacio de Navarra. Desde ayer y hasta el próximo día 2 de diciembre se pueden contemplar las estancias menos conocidas de la sede del Gobierno de Navarra.
El laberinto de pasillos, salones y galerías del Palacio dejaron de pertenecer en exclusiva a los consejeros y la médula espinal de la administración foral pudo ser contemplada por alrededor de un centenar de personas. Los presentes aprovecharon el primer día de una serie de visitas guiadas que comenzaron ayer con motivo del Día de Navarra, que se celebrará el próximo 3 de diciembre, para conocer los secretos de la sede. Divididos en grupos de 35 personas, cada uno paseó por las diferentes salas. El itinerario comienza con una proyección en el antiguo edificio del Archivo General sobre la evolución del Palacio. Desde allí y a través de alfombras de terciopelo, lámparas de araña, el crujir de la madera y el chirriar de algunas puertas, los visitantes caminan con detenimiento por las estancias bajo la enseñanza de Carmen Aragón, guía del colectivo Íñigo Arista. Ella es la encargada de explicar la historia que se oculta tras los tapices, cuadros y escudos que reinan a lo largo y ancho del Palacio.
Así, el grupo accede a la Planta Noble, donde visita el Salón verde o Galería real, estancia que recibe su nombre por las tapicerías que decoran las paredes y por los retratos de la Casa de Borbón que rodean la sala. A continuación, se encaminan hacia la Sala de los Presidentes, donde acceden al interior del despacho de Miguel Sanz, presidente de Navarra. "Este año falta el cuadro de Fernando VI pintado por Goya porque se encuentra donado a Toledo para una exposición de 1908-14", señala Aragón ante la sorpresa de los huéspedes. El Salón de Sesiones es la antesala del Salón del Trono o "joya de la corona", según lo denomina el propio Alberto Catalán, consejero de Relaciones Institucionales y portavoz del Gobierno de Navarra, quien dedica unas palabras a los presentes. "El Palacio de Navarra es la casa de todos los navarros, por eso estamos encantados de que la visiten", expresa el consejero.
Bajo las suelas
Y como guinda de un pastel que por fin se puede probar: el Salón del Trono, un espacio de estilo isabelino que recibe las mejores valoraciones por parte de los visitantes. "Es lo más espectacular, aunque el resto también merece la pena", asegura Josefa Beloki junto a su compañera Sagrario Ciriza. "Lo más valioso de la sala se encuentra bajo sus pies", indica Catalán de modo paradójico, al tiempo que señala el parqué de madera natural de la estancia.
Para finalizar la visita, que tiene una duración aproximada de hora y media, se obsequia a los grupos con un pequeño regalo acústico en la capilla, donde el retablo guarda las imágenes de San Francisco Javier, San Fermín y Santa María la Real. De este modo, el Cuarteto Nevari, compuesto por Izaskun Úcar, Claudia Osés, Carolina Pérez y Maite Rodríguez, toca dos canciones en honor al centenario de la muerte de Pablo Sarasate.
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