El equipo de la ganadora Martine Aubry denunciará por difamación al portavoz de Ségolène Royal
A la espera de que el Consejo Nacional del partido proclame oficialmente el nombre de la nueva líder de los socialistas franceses, los seguidores de las dos aspirantes, Martine Aubry y Ségolène Royal, se enzarzaron en una guerra de cifras.
Varias federaciones locales socialistas han denunciado irregularidades en el recuento, que podrían inclinar la balanza a favor de una u otra, ya que la diferencia del resultado difundido el viernes es de tan sólo 42 votos a favor de Aubry, la alcaldesa de Lille.
El lugarteniente de Royal, Manuel Valls, anunció que presentará una denuncia por "falsificación" del recuento de votos en uno de los distritos electorales de la ciudad de Lille, bastión de Aubry.
Se ha querido "robar" la victoria e impedir el cambio que representa Ségolène Royal, según el brazo derecho de la dirigente socialista, quien alertó de que "un gran partido democrático que aspira a gobernar el país no puede comportarse así".
Por difamación
La respuesta de los seguidores de Aubry ha sido casi inmediata y llegó por boca del responsable de la federación socialista del Norte, Gilles Pargneaux, quien anunció otra denuncia contra el propio Valls por "difamación".
De ahí que todos los medios de comunicación franceses subrayaran ayer que, dos días después de las elecciones, la guerra continúa pese a los llamamientos a la unidad como el que lanzó Aubry, al afirmar que "perderemos todos si no somos capaces de unirnos".
Ella, que representa a la vieja guardia y al ala más izquierdista del partido, es por ahora la ganadora y así lo dio por hecho en su primera comparecencia pública tras la votación, en la que dijo claramente que será la nueva primera secretaria de "todos los militantes socialistas". Después vino la guerra de cifras.
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