Más de 2.000 personas participaron en la tradicional subida
El reloj de la Plaza Consistorial marcaba las nueve de la mañana cuando, al son de la música de los txistus, comenzó la XV edición de la Marcha a San Cristóbal, organizada por el club Anaitasuna. Alrededor de 1.500 montañeros desfilaban por la cuesta de Santo Domingo rumbo al monte más cercano a Pamplona, San Cristóbal. Por el camino, entre la Rochapea y Artica, se fueron uniendo el resto hasta formar un total de 2.110 participantes.
Familias, grupos de amigos, niños, mayores, todos ellos equipados con el anorak y los bastones, dispuestos a pasar una jornada festiva caminando por el monte y disfrutando de la naturaleza, a lo largo de los 895 metros.
El espíritu se mantiene
Con esta, ya van quince ediciones, de la marcha y el espíritu con el que nació en 1993 sigue siendo el mismo: que el monte San Cristóbal no caiga en el olvido. Es decir que se acondicione el monte y se convierta en un parque de recreo para que los pamploneses puedan disfrutar de él.
A medida que la marcha se adentraba en el monte, las brumas de la niebla dieron paso a un espléndido día que acompañó a los montañeros durante toda la subida. Este buen tiempo animó a muchas personas, que hasta ahora nunca habían participado en la marcha, a hacerlo por primera vez.
Alrededor de las 10.15 horas los primeros senderistas alcanzaron la cima. Allí les esperaba el almuerzo compuesto por chistorra, manzanas, agua, coca cola, vino y caldo de pollo. Una vez avituallados, los participantes emprendieron el camino de regreso al Ayuntamiento para disfrutar de las danzas y recibir el obsequio conmemorativo de la marcha.
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