La Unión Mutilvera se llevó los tres puntos en su visita a Andosilla. Sin estridencias ni brillantez, pero con mucho oficio y muy bien plantado en el campo, maniató a los rojillos. No hubo manera de hincarles el diente. El partido hubiera discurrido de otra manera si Miguel no hubiera sacado una fenomenal mano a tiro de Imanol cuando apenas se cumplían siete minutos. Fue la mejor jugada en la única luxación que tuvo la osamenta forastera.
Poco antes y poco después el vertebrado de Ubasos había logrado sendos goles anulados por posición antireglamentaria, en un aviso claro de sus intenciones. A partir de ahí la maquinaria rojilla se gripó. El centro de campo visitante se encargó de que no llegara lubricante al motor local con una presión eficaz y agobiante. La diferencia de velocidad en la circulación de balón hizo el resto. Goren ponía, al inicio de la segunda parte, el único gol en el marcador y el partido donde más le gusta a los de Aranguren, esperando al rival y saliendo rápido a la contra. Más cerca el 0-2 que del empate, la resignación se apoderó de los de Arévalo y de su afición a la espera del pitido final.
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