CC OO y UGT piden un plan de rescate para la industria ante la "severidad de la crisis"
La crisis económica ha entrado de lleno en el mercado laboral español donde, por primera vez en 14 años, se ha destruido empleo y el paro afecta ya a 2.598.800 personas, con una tasa de desempleo del 11,33%, datos que, según todas las previsiones, empeorarán en los próximos trimestres.
Según lo datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el tercer trimestre, el paro aumentó en 217.200 personas. En los últimos doce meses se han destruido 164.300 puestos de trabajo.
El fenómeno de destrucción de empleo interanual se ha llevado por delante 330.700 colocaciones entre los varones nativos, pero todavía respeta a las mujeres y a los inmigrantes, cuya ocupación ha subido en 166.500 y en 101.500 personas respectivamente, según la EPA.
La actual cifra de parados (2.598.800) es la mayor desde el primer trimestre del 2000, y la tasa de desempleo sobre población activa del 11,33% es la más alta desde el primer trimestre de 2004.
El Ejecutivo mantiene que 2008 terminará con un índice de paro del 10,4%, porcentaje que ya se ha quedado atrás, cuando todavía falta por conocer el comportamiento del cuarto trimestre del año, que será también malo.
Parados de larga duración
Otros datos muy preocupantes se refieren al aumento, en 258.800 familias, de los hogares que tienen a todos sus miembros activos sin trabajo (suman 638.100), y a la subida de los parados de larga duración, cuyo colectivo se ha incrementado en 147.800 personas. Igualmente, el número de ciudadanos que buscan empleo por primera vez ha crecido en 47.200 trabajadores.
Entre las mujeres, cada 100 ciudadanas con edad y ganas de trabajar más de 12 no lo consiguen. Sin embargo, su ocupación no ha caído en el último año. Al revés en el tercer trimestre de 2008 existen 166.500 empleadas más. Los hombres, por el contrario, mantienen una tasa mejor, del 10,32%, pero han dejado en el camino 330.700 empleos.
Los inmigrantes presentan una tasa de paro disparada, que llega al 17,45%, frente a la del 10,20% de los autóctonos, pero también han colaborado en frenar la destrucción de las colocaciones. Su ocupación interanual, lejos de disminuir, creció en 101.500 personas.
Tanto la situación de las mujeres como la de los extranjeros obedece a su capacidad de adaptación. Ninguno pone pegas para rotar por distintas actividades -hostelería, servicio doméstico, ocio, agricultura, etc.- y acogerse a empleos sin cualificar, con salarios bajos. El inmigrante por añadidura muestra gran disponibilidad a cambiar de territorio y de lugar de residencia.
El verano y las vacaciones sólo han supuesto un respiro para la ocupación en los servicios, donde se han generado 257.600 empleos más en un año. El mayor deterioro se da en la construcción con 354.200 colocaciones menos. La caída en la agricultura se queda en 36.300 y en la industria, en 31.200. Respecto al paro, los malos resultados se generalizan.
Construcción aparece en primer lugar con 256.100 desempleados más; seguida de Servicios, con 232.200; de industria, con 76.800 y de agricultura, con 46.800. Pero pese al negro escenario constatado en la EPA, el número de personas con edad y ganas de trabajar, las denominadas «población activa», aumenta en 642.600.
El comportamiento del tercer trimestre sobre el anterior también es nefasto. La ocupación baja en 78.800 colocaciones; el paro sube en 217.200 personas; y la población activa aumenta en 138.400, datos que traducidos a términos relativos suponen unos índices del 0,39%; del 9,12%, y del 0,61% respectivamente.
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