Les toca

Han pasado 60 días desde que Osasuna se puso en marcha en esta Liga. Dos meses de travesía por un mundo sin victorias, de fútbol sin apenas goles, y un entrenador que se ha quedado por el camino por culpa de todo esto. Dos meses después de este adverso arranque, el Reyno de Navarra acoge el estreno en casa de José Antonio Camacho, que se ha subido al tren rojillo en marcha, y aunque tropezó en su debut en Gijón, sigue fiel a sus principios.

El técnico murciano ha dicho a los cuatro vientos que no es partidario de cambiar el equipo, sino de dar confianza a los que vengan jugando. Y hoy juegan los mismos que en El Molinón, con el único cambio de Josetxo por el sancionado Roversio.

Ha insistido también en que si ve a un jugador joven que lo hace mejor que los fichajes, no le temblará la mano. Y en la convocatoria de ayer hay sólo tres de las incorporaciones de esta temporada: Roberto, Ezquerro y Masoud. El resto, Sunny, Vadocz y Tiago Gomes, además del mencionado Roversio, se quedan en la grada.

Pandiani y Plasil, fuera

De todas formas, la mayor sorpresa con respecto a las listas de Ziganda fue la no inclusión de jaroslav Plasil. Es la primera vez que el checo se queda fuera sin mediar sanción o lesión. Sintomático. Para la banda izquierda, Camacho confía antes en Ezquerro y Delporte. También podría leerse más allá de la mera lista, y recordar que el técnico murciano quiere una plantilla corta y no descarta salidas para diciembre.

Otro que verá el partido lejos de lo verde será Pandiani, que después de criticar a Ziganda ve que tampoco Camacho cuenta con él, al menos de momento.

Total, que el de Cieza tira para intentar derrotar al Betis de muchos jugadores procedentes de la cantera en el once titular: nada menos que siete (y la zaga al completo), Azpilicueta, Miguel Flaño, Josetxo, Oier, Puñal, Ezquerro y Kike Sola. Nekounam es el único jugador extranjero entre los elegidos, justo en el año que se han batido todos los récords en este sentido en la plantilla. Suena a declaración de intenciones.

Gran expectación

Dos meses después del comienzo de la temporada, Osasuna vuelve a buscar su primera victoria. Atascados dentro de su obsesión por ganar, los jugadores rojillos saben que hoy les toca a ellos dar el callo. La plantilla tiene que dar de una vez la medida de su categoría, que la tiene, y no cargar con el lastre de ser los únicos que no han ganado aún en Primera.

Camacho está trabajando a marchas forzadas para liberar a sus hombres de esa asfixia mental, y también para intentar que cambien el juego de mil toques sin ningún fruto por uno más directo y práctico. Quiere llegar antes y encontrar el camino del gol. Tarea fácil de decir y, por lo visto, ardua de conseguir.

En la parroquia osasunista, el relevo en el banquillo ha despertado una enorme expectación, y no ha habido un solo día en el que la grada de Tajonar no haya registrado una notable afluencia de público. Si esto es un anticipo de lo que va a ocurrir esta tarde, en el Reyno de Navarra se puede registrar la mejor asistencia de la temporada.

La afición ha observado desde la distancia todo lo que ha ocurrido durante las últimas dos semanas y por fin va a tener delante hoy los primeros frutos de la remodelación, pero sabe que todavía hay mucho por hacer y que Camacho, como él dice, "no hace milagros".

Casi de milagro, sin embargo, habría que calificar que Osasuna terminase el partido con once hombres. Si repite errores (o desgracias) anteriores, el Betis tendrá mucho terreno ganado.

Juanito, entre algodones

Precisamente los verdiblancos rompieron con la contundente victoria ante el Mallorca (3-0) su falta de triunfos en esta Liga. Los de Paco Chaparro viajaron ayer con 19 jugadores porque el internacional Juanito arrastra algunas molestias en la espalda. Se quedaron en Sevilla, lesionados, Mark González, autor del gol que destrozó a Osasuna la pasada temporada, y José Mari.

Sábado por la tarde, bocadillo, partido en casa... No hay que recordar lo que decían los capitanes el año pasado de este tipo de partidos sobre cómo ponían a la afición. Seguramente, con una victoria, el efecto afrodisiaco del partido en la grada será más factible. Les toca a ellos. A Osasuna.