Cincuenta alumnos participan en los cursos de chino que, por primera vez, ofrece la Escuela Oficial de Idiomas de Pamplona y en los que aprenderán la lengua y la cultura del país asiático
EN sus clases, Hui Chi Yu (quien ha adoptado el nombre de Mónica en castellano) exige dos normas que considera básicas para tener éxito al aprender chino: ser muy valiente y olvidar la vergüenza. Y sus alumnos las acatan sin dudar: en el aula las risas se mezclan con los intentos de pronunciar correctamente las 21 consonantes, la primera tarea del curso.
Este año es la primera vez que la Escuela Oficial de Idiomas de Pamplona ofrece la posibilidad de aprender chino como idioma no oficial. La idea surgió el invierno pasado "tras escuchar las sugerencias del público", dijo Yolanda López González, la vicedirectora. La respuesta ha sido aplastante: los dos grupos que se abrieron, con 25 plazas cada uno, están completos. Además, la apertura de los cursos de chino ha provocado que se reduzca el número de alumnos en el primer nivel de japonés. La alta demanda sorprendió tanto a López como a la profesora. Hui Chi Yu señaló que es "una señal de que hay gente muy interesada en esta lengua" y los alumnos lo confirman. "Todo lo que había estudiado hasta ahora se centraba en Europa y América", dijo Amaia Ojer Sánchez, pamplonesa de 30 años. "Vengo para aprender el idioma y también porque se toca la cultura", añadió. Miguel Ángel Preciado Blanco, de 45 años, lleva 23 practicando artes marciales y ha estado dos veces en China, por lo que para él aprender el idioma "era una asignatura pendiente".
Con ascendencia china
Teresa Shin-Chin Pung Lee, de 57 años, nació en Calcuta y tiene ascendencia china. Habla un dialecto pero no conocía el idioma oficial, lo que le animó a apuntarse. "Quería aprender para conocer más mis raíces", dijo. En clase se sienta al lado de su hija, Clara Ojer Pung, de 27 años. "Tengo el gusanito por mi madre y también por el trabajo, porque el chino es el futuro", aseguró. Además de ellas, hay otras dos personas de origen chino que asisten al curso.
Debido al interés de los alumnos por conocer la cultura, las clases, que comenzaron la semana pasada, no consisten sólo en seguir un libro de texto, sino que leerán cuentos chinos, escucharán música y verán películas de ese país. Todo contribuirá a que comprueben que es posible aprender chino, la primera lección de Hui Chi Yu: "Quiero cambiar la idea de idioma difícil a idioma posible". Pero para eso deben "practicar en cualquier momento, trabajar duro y de manera constante", ya que es un idioma compuesto por 21 consonantes, 36 vocálicas y 4 tonos.
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