¿Su relación con los jugadores es más cercana que en otros clubes?
Por mi parte, no tengo diferencias con los jugadores. Ellos sí suelen tener más diferencias. Hay unos que son más abiertos y otros más cerrados. Unos juegan más y otros menos. No es idóneo que me pueda acercar más a los que juegan menos. Intento ser igual con todos. Ya se lo he dicho. No voy a estar dando justificaciones ahora mismo si se quedan 16 fuera sin jugar. No puedes dar 16 justificaciones cada cuatro días. Pero si alguno tiene algún problema, mi despacho está abierto todos los días. Habló con ellos en grupo, por líneas o en algunos casos por individual. Luego, están los capitanes para hablar conmigo constantemente. Pero a la hora de quitar a un jugador, no le puede decir que le he quitado por esto o por esto. No te puedes complicar la vida así.
¿Es cierto que en el Benfica no les dejaba salir más tarde de las diez de la noche?
No es cierto.
¿Es estricto en ese sentido?
Todo depende de la ciudad dónde estás y del rendimiento de los futbolistas. No me han dicho que aquí hay problemas. Si me dicen que los jugadores están todos los días de fiesta hasta las cuatro de la mañana es otra cosa. Yo no soy ningún policía o vigilante. En ciudades pequeñas se controla más.
A Pamplona ha llegado junto a Carcelén. ¿Son inseparables?
Ya íbamos al colegio juntos cuando teníamos 7 años. Nos conocemos desde que éramos niños, jugamos juntos en la selección murciana juvenil, y después yo me fui a Madrid y él se quedó en Albacete. Cuando yo empecé a entrenar, en el Rayo, él se quedó libre tras estar con Benito Floro y se vino conmigo. Es mi ayudante y planifico los entrenamientos con él. Me aporta ideas y le pregunto qué jugador debemos cambiar o poner.
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