Apenas llegó hace una semana a Pamplona. Tiene que darse prisa en aprender lecciones sobre su nuevo equipo, porque el reloj del fútbol avanza rápido. El nuevo técnico desgrana en esta entrevista su filosofía. Es Camacho.
La cita con José Antonio Camacho iba a ser ayer al mediodía en el NH Iruña Park, su hogar provisional hasta que él y su esposa encuentren casa en Pamplona. Pero a última hora, una llamada alerta del cambio. Será en Tajonar, de donde casi no sale desde que fichó por Osasuna, porque su agenda se aprieta más cada día. Tras debutar con derrota ante el Sporting, tiene una ardua tarea por delante, y lo sabe.
En su presentación como entrenador del Real Madrid en 2004 manifestó: "Estoy nuevamente en mi casa, donde vine siendo un niño y vuelvo siendo un hombre". ¿Cómo llega a Osasuna?
Con la misma ilusión que empecé a entrenar en el Real Madrid o en el Rayo Vallecano, que fue mi primer equipo. Lo más importante de tu vida es lo que estás haciendo en ese momento. Yo vengo a Osasuna con el afán de querer triunfar, que se sienta que yo estoy identificado verdaderamente con el club, con el fútbol y con la afición. He elegido Osasuna porque aquí se respira fútbol.
Su teléfono sonó y al otro lado del hilo estaba Pachi Izco.
El presidente me llamó, pero le dije que mientras estuviera Cuco yo no quería negociar. Tenía que respetar a un compañero. Después, y tras solucionar un pequeño problema familiar, le comenté que ya podía contar conmigo.
¿Cómo ha batallado contra su desconocimiento de este club?
Osasuna no es un equipo cien por cien desconocido. Le había visto y me he informado directamente con todos los partidos. He estado amparado por los compañeros del cuerpo técnico. Conocen al equipo perfectamente y lo que me dijeron se ha cumplido al cien por cien.
Siendo sincero, ¿conocía la plantilla con la que se ha encontrado?
Lógicamente, hasta que no estás dentro y no llevas veinte días no puedes hacer ese análisis. Puedes ver a un futbolista entrenar muy bien, pero luego hay que salir a El Sadar. Hay jugadores que pueden cambiar mucho. Estamos en una fase de captación. Alfredo, Vicuña y Joshe me están ayudando mucho. Tengo confianza en ellos.
¿Con qué se ha encontrado?
Con un equipo vivo que tiene ganas de trabajar y luchar. Es lo que pensaba. Aquí está todo el mundo para Osasuna. En contra, hay que decir que hay una ansiedad muy grande de conseguir un triunfo. Nada más. Este equipo tiene carácter. Sólo necesita ganar un partido para poder conseguir el segundo. Puede que los jugadores estén un poco atenazados, pero esto tiene un tiempo y saldremos adelante.
¿Qué quiere decir que se respira fútbol?
Toda la gente de alrededor está para el equipo y las 24 horas del día piensan en qué se necesita y qué se quiere. En otros equipos prima más la imagen y otras cosas.
Así le pasó en el Madrid.
Allí había muchas más ocupaciones que los entrenamientos y partidos. No se trabajaba para el equipo sino para uno mismo.
¿Qué tendría que pasar para que se marchara por cuarta vez de un equipo?
Que no me dejaran trabajar. El problema es que si me fichan, tienen que saber por qué me fichan. Yo me busco mi trabajo y donde me aceptan y me dejan, estoy hasta el final. Ésta es mi filosofía.
¿Cómo se va a solucionar el problema de una plantilla tan larga?
Tener 27 jugadores es una locura para mí. Pero tengo que trabajar con ellos. Les he dicho que se tienen que adaptar y saber que sólo pueden ir 18 convocados. Dos tercios se quedan sin jugar. Me gusta que el jugador se sienta participativo. No sólo en el entrenamiento sino también en el partido. Cada semana va a haber muchos descartes y esto es duro para el futbolista. Me gusta que el futbolista tenga esa inquietud interior de si jugará o no esta semana. Con una plantilla más corta, se puede conseguir. A la hora de entrenar no tengo quejas. Lo hacen fantástico.
Usted responde al prototipo de entrenador de carácter y raza. ¿Jugadores como Masoud y Font entran en su filosofía?
A mí me gusta mucho el fútbol con orden y a la vez con espíritu, entrega y sacrificio. Siempre divido el campo a los jugadores en tres partes: defensa, organización y ataque. Aquí, el jugador debe tener improvisación. Lo necesitas.
Pero sólo en la zona de ataque.
En la defensiva, nunca puedes hacer malabarismos. En el fútbol de ahora el contrario te presiona constantemente para robarte el balón. En todos los equipos donde he estado he buscado jugadores con fútbol para darle sentido al equipo. Me encanta el jugador que sabe recibir el balón de un lado y lo lleva al lado contrario, el que tiene esa claridad para confundir al rival. Yo siempre he sido defensa, pero eso no tiene que ver nada. Me gusta atacar más que a ninguno y cuando no puedo atacar, mi primera misión tiene que ser defender.
¿Cree que sus delanteros son válidos para jugar con el 4-4-2?
El sistema va a depender de cómo se encuentre mejor el equipo. A la hora de no tener el balón, todos los equipos están jugando con más en medio campo. Todos intentan robar el balón en el centro del campo. No le puedes dar ventaja al contrario. Hay que igualar las fuerzas.
¿Ha pensado en refuerzos?
No pienso en eso. Mi tiempo está ocupado en otras cosas. Hay que ganar los partidos con lo que tengo. En su momento, se verá, pero ahora no he pensado en nada de esto, ni mucho menos.
En Gijón alineó dos delanteros y dos extremos. ¿Es una declaración de intenciones?
El equipo tiene que jugar al ataque. Pero eso no quiere decir que dejemos de defender. Cuando tengamos el balón, hay que atacar. El equipo tiene alternativas para jugar con dos delanteros o uno. Hay muchos delanteros fijos, delanteros centros. Y además, hay muchos jugadores ofensivos como Delporte, Plasil, Juanfran, Jokin, Masoud, Font... Pero está claro que todos no pueden jugar.
¿Le han sorprendido los jóvenes?
La cantera siempre tiene que estar presente. Un equipo como Osasuna tiene que estar muy identificado con su gente. Si vienen futbolistas, que sean buenos y marquen diferencias.
Una vez declaró que si se merece jugar un canterano antes que el jugador más caro de la historia, no le temblaría la mano.
No tengo ningún problema. Cuando se llama a la puerta, te abran o no, tírala y punto. Esto es ley de vida. Yo no estoy aquí jugando con el nombre. Estoy jugando con el equipo. Cuando un futbolista tiene un nombre es porque se lo ha ganado corriendo y entrenando. Pero esto es ley de vida. Hay a veces que te pasan. Por eso se necesita competencia e igualdad. Y por eso me gustan las plantillas cortas. Osasuna tiene equipo juvenil y en Segunda B, y esos jugadores tienen que llamar a la puerta constantemente. Han pasado últimamente muchos jugadores, ¿por qué no van a seguir?
¿La garra se lleva dentro?
No la puedes pedir a alguien que no la tiene. Tampoco le puedes decir a uno que drible si no sabe hacerlo. Todos no van a tener garra. A Masoud le tengo que decir que donde hay que perder el balón es en el área contraria. El fútbol español es diferente. Quizá él tenga un fútbol muy bonito para la gente, pero si te roban siete balones en tu campo no sirve para nada.
¿Qué recuerdos tiene de sus visitas a Pamplona con el Madrid?
Era un campo dificilísimo. Nos apretaban muchísimo y jugaban los 90 minutos al cien por cien. Esa imagen tiene que ser imborrable para todos los equipos que vengan aquí. Tienen que saber que van a sufrir. Eso debe volver poco a poco. Ese espíritu da su premio.
¿Es consciente de que tiene la llave para recuperar esas señas?
Sí, pero la gente tiene que saber que todo eso no se recupera de un día para otro. Hay una filosofía de trabajo y hay que ir empujando poco a poco a la gente para decirle cuál es el camino. Estoy totalmente convencido de que el sábado el equipo va a meter al contrario en su área.
Las tarjetas rojas le preocupan. ¿Siente que está en un equipo modesto?
Pero también estuve en el Rayo y en el Espanyol. Lo que está ocurriendo a Osasuna no es normal. Tampoco es normal que el equipo haya dado seis palos. Son rachas y estos va a cambiar.
A usted sólo le expulsaron una vez en 414 partidos en Primera.
Y porque se equivocaron. Santillana le dio un codazo a uno. El linier no vio el número, porque no estaba en el pantalón, pero dijo que había sido el 3. Yo no fui. Yo siempre llegaba a la pelota. De todas formas, ahora ha cambiado el criterio de las expulsiones.
Ha introducido en Tajonar una metodología de trabajo ofensivo.
Me gusta hacer jugadas de ataque y que la pelota se eche hacia adelante. El otro día vi que muchas veces paraban la pelota y elegían al defensa antes que al delantero. Lo tengo que cambiar yo. Si hay que perder el balón, que lo perdamos en el área de ellos. Si tú le echas el balón al delantero, siempre le podrán hacer una falta o se podrá ir. Eso hay que entrenarlo.
Sus predecesores, Aguirre y Ziganda, eran opuestos en cuanto a su afición por el fútbol. ¿Usted?
Yo no puedo desconectar del fútbol. Es imposible. Algunas veces sería conveniente, pero yo no puedo. Pero tampoco estar aquí todo el día. He llegado a las 9 y ahora son las 3 menos cuarto. A las 5 volveré, pero todos los días no serán así. Me iré a casa a ver un partido. Yo no tengo por qué llevarlo todo, hay gente que hace su trabajo y yo tengo que supervisarlo.
¿Qué opina de la figura del director deportivo? En una entrevista dijo que no ejercían la labor de adecuada.
Tiene que ser el que fiche al entrenador y el que esté con él en todo, le tiene que quitar mucho trabajo. Un entrenador no tiene que estar continuamente expuesto a los éxitos y a los fracasos del equipo. Si pierdes tres partidos, los has perdido, pero el problema es que se crean falsas expectativas alrededor de un equipo y al final siempre paga el entrenador. Eso es de lo que me quejo, no de que no se pueda trabajar. Al revés, creo que se puede trabajar y muy bien. Tienes que fichar unos jugadores de unas características porque los necesita el equipo, no porque sean más baratos. ¿Y para qué lo queremos? Puede salirte caro si no lo vas a usar para nada y va a cortar la trayectoria de un chico.
¿El director deportivo de Osasuna cumple con esas características?
Es un chico que conoce el fútbol, que está mirando futbolistas constantemente, pero no tengo una relación de los entrenamientos y demás. Sabe cómo yo trabajaba, pero no hablé con él a la hora de fichar por Osasuna. Hablo ahora para ver jugadores o las necesidades que puede tener el equipo para diciembre, tanto para sacar jugadores o si hay alguna alternativa. Pero él no me fichó a mí. Hablaré con él lo que tengo que hablar, no otra cosa.
¿Es un obstáculo que no haya venido de su mano y que tuviera estrecha relación con Ziganda?
Estamos trabajando bien. Él sabe mi filosofía y ve lo que hago y lo que me gusta. Y yo a los sitios a los que voy me adapto y busco futbolistas necesarios para ese equipo. Tengo claro que cuando me marche de Osasuna dejaré mi trabajo hecho y el que venga lo recogerá. No me llevaré nada.
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