Ambos aspirantes criticaron los negativos anuncios electorales y las declaraciones ofensivas de la campaña
Los candidatos a la presidencia de EE UU Barack Obama y John McCain libraron ayer un vivo debate en Nueva York, en el que confrontaron sus recetas para solucionar la crisis económica y reformar el sistema sanitario, así como sus posturas en materia comercial y tácticas de campaña.
El aspirante demócrata llegó al último cara a cara antes de las elecciones del 4 de noviembre como favorito según las encuestas, que le otorgaban unos seis puntos de ventaja sobre su rival. De cómo se interprete el resultado del debate dependerá gran parte de las opciones de McCain para dar la vuelta a la situación y poder ganar el derecho a entrar en la Casa Blanca.
El candidato republicano sabía que tenía que hacer daño a Obama, y lo intentó ayer por todos los medios, tanto verbales como gestuales.
De palabra ridiculizó la "elocuencia" del senador por Illinois, lo acusó repetidamente de querer subir los impuestos, lo relacionó con el ex terrorista William Ayers y lo criticó por no haber viajado nunca a Latinoamérica.
Con sus gestos, transmitió incredulidad y por momentos enfado cada vez que habló Obama.
El senador demócrata, por su parte, se encontró a la defensiva durante gran parte del debate e intentó devolver el centro de la discusión a la crisis económica, el asunto que le permitió destacarse en las encuestas.
"Lo que usted propone es esencialmente ocho años más de lo mismo", argumentó Obama.
No obstante, sus más fuertes contraataques llegaron cuando acusó a McCain y a su candidata a la vicepresidencia, Sarah Palin, de llevar a cabo una campaña electoral negativa.
"Racista" versus "terrorista"
"El ciento por ciento de sus anuncios de propaganda fueron negativos, John", insistió Obama. "Eso no es verdad", le respondió McCain. "Sí. Es verdad", añadió Obama, en uno de los intercambios más duros del debate.
Las tácticas de campaña acapararon los enfrentamientos más duros. McCain dijo estar dolido porque el congresista demócrata John Lewis insinuase que es racista. "Senador Obama, usted no repudió esas declaraciones", alegó.
Obama recriminó que Palin no repudiase cuando en algunos mítines le llamaron "terrorista" o pidieron su asesinato.
Otro de los momentos más esperados fue cuando McCain citó a Ayers, el ex terrorista reconvertido en profesor que sirvió con Obama en el consejo de administración de una fundación.
El senador por Illinois negó tener "asociación" con Ayers, y contraatacó: "El hecho de que esto se haya convertido en una parte importante de su campaña, senador McCain, dice más sobre su campaña que sobre mí".
Y en cuanto a la política exterior, destacó que, por primera vez en los tres debates, las guerras de Irak y Afganistán prácticamente no aparecieron.
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