El Banco de España admite que los bancos y cajas necesitan ajustes mediante fusiones o recorte de gastos
El gobernador del Banco de España asegura que bancos y cajas españoles no precisan, en este momento, aportaciones de capital público, pero van a tener que aplicar ajustes, ya sea mediante fusiones, recortes de gastos o limitando sus planes de expansión, porque a cada uno de ellos les corresponde decidir "voluntariamente" la fórmula adecuada, sin verse forzadas "en ningún caso".
Mientras, el presidente del Santander, Emilio Botín, aseguró ayer que las entidades españolas no necesitan la toma de participaciones por parte del Gobierno, dada su "solvencia y fortaleza".
Las entidades de crédito españolas, que han resistido bien la crisis, no podrán evitar enfrentarse a duros retos inmediatos, que van desde el alto coste de la financiación al aumento de la morosidad, pasando por el debilitamiento de su negocio.
Para hacer frente a estos impactos "cada entidad debe hacer lo que considere oportuno", según el gobernador. Y evocó, sin citarlo, el caso del Banco Popular, que ha fusionado sus propias filiales. Fernández Ordóñez no quiso entrar en una eventual reforma de la legislación de las cajas de ahorro que pudiera despejar el camino a las fusiones entre entidades de diferentes territorios. "Ese cambio no es competencia del Banco de España", zanjó.
El gobernador se declaró "satisfecho" porque el presidente del Gobierno y el líder del primer partido de la oposición hayan confiado en el instituto emisor como "ejecutor" del paquete de medidas de ayuda al sector financiero. Puntualizó que la banca española tendrá acceso a todas las opciones, lo que incluye avales y recapitalización, pero insistió en que las entidades no necesitan la aportación de capital público. Es decir, que nadie piensa en renacionalizaciones.
Falta de confianza
El gobernador admitió también que el mercado Interbancario no ha recuperado la confianza. Cierto que el Euríbor está bajando, pero aún no se perciben cambios sensibles en el conjunto, evaluó. Y es que los grandes planes de rescate de Estados Unidos y la UE no están desarrollados al detalle.
Botín, por su parte, considera que las turbulencias en el sistema financiero español no se han originado exclusivamente por las hipotecas subprime de EE UU, sino que el problema ha estado también en "los excesos" en una época de bonanza.
Botín también incidió en la necesidad de valorar adecuadamente todos los riesgos en que se incurre y no olvidar que existen ciclos económicos y financieros, que el crédito no puede crecer indefinidamente, que la liquidez no siempre es abundante y barata, y que la innovación financiera no puede hacerse a espaldas del riesgo que conlleva.
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