EL ESPACIO, QUE FUE INAUGURADO POR EL PROPIO OTEIZA, ALBERGARÁ TALLERES, CONFERENCIAS, DANZA, MÚSICA O FOTOGRAFÍAS
La Sala Kubo de San Sebastián se ha convertido en un contenedor multidisciplinar para conmemorar el centenario del nacimiento de Jorge Oteiza, la "mejor forma" que ha encontrado este espacio para identificarse "con el espíritu de agitador cultural" del escultor guipuzcoano.
Esta explicación la dio el martes María Victoria Arcaya, directora de la Sala Kubo, en la presentación de Oteiza. Izan eta Izango (Es y será), un conjunto de actividades en torno a la figura del artista, tanto desde su faceta de creador como de pensador, que se desarrollarán hasta el 26 de octubre. Talleres, conferencias, testimonios, danza, música, fotografías o audiovisuales forman parte del proyecto que la sala de exposiciones de la Kutxa ha concebido como tributo al artista que en 2000, tres años antes de su muerte, inauguró este espacio ubicado en el Kursaal.
"Los conceptos de memoria-presencia, es decir el recuerdo de Oteiza junto a la pervivencia de su obra y de su pensamiento, constituyen el hilo conductor de todas las actividades", apuntó Arcaya en la rueda de prensa, en la que también ha participado Gregorio Díaz Ereño, director de la Fundación Museo Jorge Oteiza de Alzuza (Navarra). Díaz Ereño destacó que "hablar de Oteiza es hablar siempre de un libro abierto" y que las celebraciones de este centenario son "el punto de partida" para acercarse a un artista no suficientemente conocido, pero para "no llegar nunca a descubrirlo".
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