Después de once meses, el mayo vuelve a presidir la plaza de Murieta. El mítico muñeco fue colocado al mediodía en la punta de un chopo de 22 metros, después de que una treintena de vecinos lo trajeran a hombros desde el término municipal de Ezpeldoya, a unos 700 metros. El propio alcalde, Jesús Mari Martínez de Morentin, ayudó a levantarlo junto al frontón de la plaza. "Éste es un día especial para el pueblo y la gente ha respondido muy bien.
A media mañana ha habido un almuerzo popular en la plaza", apuntó Martínez de Morentin.
El muñeco, relleno de paja y con un mono azul, lo prepararon los niños de la localidad, entre otros, Pablo Moreno Etayo, de 10 años, Pedro Ramírez González, de 9 años, Félix Arza López y Nicolás Aguilar Cuasapaz, ambos de 12 años. Una comida popular para cincuenta vecinos previamente inscritos fue el colofón de la fiesta. Una paella de pollo, conejo y un calderete de costillas de cerdo con patatas fue el guiso que preparó Ignacio Lana. "En este tipo de actos se hace lo que haga falta y todos colaboramos bastante". Contó con la ayuda de Ignacio Lana, Javier Lana, Nuria Azcona, Ana Etayo y Loli González.
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