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Dos secuestradas en El Salvador cuando eran niñas residen hoy en Pamplona

Ambas, que se creían hermanas y han descubierto que son primas, fueron adoptadas por una familia navarra

Actualizada Sábado, 26 de abril de 2008 - 04:00 h.
  • MARCOS SÁNCHEZ . PAMPLONA

La Asociación Pro Búsqueda de Niños y Niñas desaparecidos de El Salvador fue creada en 1994 por el jesuita Jon Cortina. Durante sus más de 13 años de existencia, el colectivo ha recibido 790 denuncias de niños que fueron secuestrados por las tropas militares durante la guerra civil de El Salvador (1980-1992). Hasta la fecha, se han resueltos 331 casos. 202 de ellos, de forma satisfactoria con reencuentros.

Por contra, han comprobado que en 46 casos los niños fueron asesinados después de su desaparición forzada.

Las salvadoreñas Blanca y Ana Flores, de 25 y 26 años, respectivamente, pertenecen al grupo con final feliz. Ambas no superaban el año de vida cuando fueron raptadas y terminaron en un orfanato de su país. "Estuvimos una temporada bastante grande en el orfanato hasta que vinimos a Navarra", explicaba ayer Blanca, quien junto a Ana acudió a la entrega a título póstumo del Premio Jaime Brunet a Jon Cortina.

Ambas fueron adoptadas hace trece años por una familia navarra. "Se trató de una adopción en parte porque son personas mayores, cuatro hermanos solteros, y debido a esto el Gobierno no les daba la oportunidad de adoptar, ya que creían que podíamos quedarnos solas", señaló Blanca.

Hace más de dos años, decidieron buscar a sus familiares naturales y se pusieron en contacto con Pro Búsqueda. "Nos dijeron que existía la asociación, donde estudiaron nuestro caso y, finalmente, lograron ayudarnos", dijo Blanca. Las investigaciones duraron dos años y, el pasado mes de febrero, las dos se reencontraron con sus familiares que quedan vivos en El Salvador. Ana y Blanca creyeron durante toda su vida que eran hermanas, pero el encuentro del pasado febrero les sirvió para descubrir que en verdad son primas.

"El papel de la Asociación Pro Búsqueda es muy importante porque todavía hay muchas personas desaparecidas desde niño, aunque creo que la asociación no es todavía conocida por toda la gente. Si nosotras hubiésemos sabido que existía, nuestro caso se habría resuelto antes", indicó Blanca, que, como su prima, se ha quedado a vivir en Pamplona.


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