La jornada de sensibilización sobre el oso y el turismo tendrá hoy su réplica en la casa del valle de Salazar
"El oso deber ser un actor de desarrollo rural. La población tiene que verlo como algo beneficioso y es legítimo que lo emplee como una marca de calidad turística y medioambiental de una comarca". Así se expresó ayer en Roncal Guillermo Palomero García, coordinador de la Fundación Oso Pardo.
Palomero fue uno de los ponentes en una jornada de sensibilización en torno al oso y el turismo. Fue organizada por el Ministerio de Medio Ambiente y es la primera acción de este tipo en Navarra. Asistieron representantes de trece establecimientos hoteleros y casas rurales del valle. Hoy tendrá su réplica en Ezcároz (Salazar).
Estas jornadas surgen del convenio suscrito el año pasado entre el Estado y las comunidades autónomas pirenaicas (Cataluña, Aragón y Navarra) tras la introducción de cinco osos por parte del gobierno francés en 2006, y por el que se están acometiendo obras de infraestructuras en zonas de campeo del oso. Más adelante se hablará con cazadores y ganaderos.
"Si en una zona hay osos es un signo de que hay naturaleza de alta calidad. Hay que aprovechar ese potencial, esa imagen atractiva para el turista, especializado o no", dijo Guillermo Palomero. Puso como ejemplo las Rutas por el país de los osos del Parque Natural de Somiedo (Asturias) o la Casa del oso de Verdeña (Palencia), que han supuesto además generar decenas de empleos locales.
Imagen "distorsionada"
Palomero quiso destacar que "en su relación con los humanos, el oso no es tan agresivo como lo pintan". "Sí es un animal salvaje y ocasiona ataques a ganado, algo que tampoco hay que negar, pero en el Pirineo su imagen ha quedado distorsionada por ello", afirmó.
En el Pirineo hay unos 20 ejemplares de oso pardo (Camille es el único que vive en Navarra, ya mayor), frente a los 130 de la Cordillera Cantábrica. "Allí el colectivo va en aumento y la percepción de los habitantes rurales sobre los osos es buena, casi de orgullo", apuntó.
"La diferencia es que allí predomina en los montes el ganado vacuno, y aquí el ovino, y el oso ataca a las ovejas, pero no a las vacas. Ese ha sido siempre el problema en el Pirineo. Por eso hay que esmerarse en prevenir los daños cuanto se pueda y seguir compensándolos cuando se produzcan", dijo. "No obstante, el 80% del alimento del oso es vegetal", agregó.
De cara a un fortuito encuentro con humanos, Palomero indicó que "el único oso agresivo sería una osa con crías", aunque "sólo cargaría hacia nosotros para asustarnos". "Si no, en cuanto el oso nos oiga, saldrá disparado", afirmó.
Respecto del hábitat, señaló que "los osos viven en España en áreas muy humanizadas (con pistas, pastizales...)", pero que "llegan a servirse de ello". "Hay espacio y montes de calidad", sentenció.
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