Deberán construirse criptas in situ para acoger los esqueletos que se encuentren

La reurbanización del burgo de la Navarrería va a estar pendiente de los hallazgos arqueológicos que se produzcan durante la excavación previa. Las catas realizadas en el año 2004 y otras anteriores que se saldaron con la localización de varios mosaicos de la época romana han puesto en alerta a la Institución Príncipe de Viana, que ha emitido un informe en el que se condicionan las obras a los posibles hallazgos.

Entre otras cuestiones, Príncipe de Viana dice que no puede autorizar la instalación de la galería de servicios en la calle Mañueta, "en tanto no se sepa si la calle alberga el trazado de la evacuación general de aguas de Pompaelo". La posibilidad de encontrar esta canalización resultó más evidente tras el hallazgo de las termas romanas de la Plaza del Castillo y del sistema de desagüe que se encaminaba hacia la calle Chapitela.

Con respecto a la calle Curia, la institución señala que habrá que desmontar manualmente la mineta del siglo XVIII para no dañar los mosaicos de la época romana que allí existen, y que se dejaron bajo el pavimento tras localizarse en el año 2004. Ahora habrá que extraer las piezas completas.

Ante el más que posible hallazgo de diferentes necrópolis (Catedral, convento del Carmen, etc), la sección de Patrimonio Arquitectónico pide que se construyan depósitos in situ, "a modo de cripta sepulcral", por cada una de las necrópolis localizadas para guardar los restos.

Príncipe de Viana llega incluso a definir "la dimensión máxima de las juntas de los adoquinados", que será de 1 centímetro; y de las juntas de los enlosados, que será de 3 milímetros.

En cualquier caso, el informe de la institución dependiente del Gobierno navarro es muy claro al señalar que si durante las intervenciones arqueológicas se descubren estructuras arquitectónicas de carácter monumental, "no será posible realizar el presente proyecto de reurbanización".