Losmilitares confiscan todas las cámaras de fotos, vídeo, ordenadores y teléfonos hasta que la antorcha llegue
Lamentable sainete. La semana pasada llegaron los militares al campo base nepalí del Everest y se reunieron con los jefes de expedición. Les comunicaron que se confiscan todas las cámaras de fotos, vídeo, ordenadores y teléfonos hasta que la antorcha llegue a cima por el lado tibetano, el 10 de mayo. Tampoco se permite ir más allá del campo 2 hasta esa fecha. Se permiten radios, pero los militares deberán tener una de cada equipo para espiar todas las conversaciones.
Esto es un sainete. Lamentablemente, la mayoría de los allí presentes, informa barrabes.com, no tiene libertad de decisión en este momento. Llevan años preparando este sueño, han gastado mucho dinero, han pagado todo (y aquí, ni Nepal ni China devuelven un duro de lo entregado), tienen obligaciones con los patrocinadores. Encima, se avisa cuando ya están todos allí.
También ocurre que, si los chinos no alcanzan la cima para el día 10, no abrirán la montaña. Con lo que es posible que, después de casi dos meses en el campo base, se tengan que volver todos a casa, habiéndose gastado todo el dinero sin tener posibilidad ni de ascender. Esto es un gran chantaje. Como han pagado, y están allí, aceptan.El gobierno nepalí accede a las exigencias chinas a cambio del mucho dinero que le llega desde Pekín, con la concesión de créditos muy blandos de un banco chino.
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