E L Consejo Superior de Deportes (CSD) ha admitido el aplazamiento de la celebración de elecciones de la Real Federación Española de Fútbol al último trimestre del año después de recibir el informe favorable que aprobó por unanimidad la Junta de Garantías Electorales.
Dicho en otras palabras, Ángel Villar gana por goleada a Jaime Lissavetzky Díez, "missing" en esta últimas fechas para no sonrojarse en público. El informe del CSD provoca hilaridad. Dice apreciar "circunstancias que dificultan gravemente la celebración de las elecciones de la RFEF en los plazos contenidos en su articulado" y por tanto que es "aconsejable aplazar" la convocatoria de elecciones hasta después de la Eurocopa. ¿Por qué es así ahora y no lo era antes?
Además, para mayor despropósito, esta decisión iría en contra de la Orden Ministerial por la que se regulan los procesos electorales de las Federaciones deportivas españolas. Villar consigue así su propósito, mientras que Lissavetzky, que además desoye a una de las partes implicadas, la de Mateo Alemany, acepta el incumplimiento de su propia norma "en aras a la concordia institucional".
Como no podía ser de otra forma, con esta "bajada de pantalones" termina así el contencioso que pareció que iba a cambiar el mundo del fútbol patrio y ha quedado en nada. Más aún, el último viaje de Villar a Pamplona para conocer una ciudad que no existe, una sede que no tiene ni emplazamiento concreto, suena a campaña electoral, a compra y venta de favores y, principalmente, de los votos de su enésima reelección.
Nadie sabe a día de hoy que ocurrirá en los comicios, en el sentido de qué fuerzas concurrirán a ellos. Todo apunta a que Villar repetirá, y lo hará arrasando. Ni ZP ha podido remediarlo.
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