Asier Olaizola machaca a un desencanchado Rubén Beloki al que le hizo 10 saques
El de ayer fue un lunes tristón en Tolosa, de cielo gris y lluvia persistente. Para Rubén Beloki resultó una tarde dura, amarga, difícil de digerir para un tetracampeón manomanista. El burladés cayó con indiscutible contundencia 6-22 ante Asier Olaizola, que se verá en cuartos de final con Patxi Eugui. El mano a mano se queda sin la posibilidad de reeditar el último gran clásico tras la eliminación del burladés.
El Manomanista es lo más grande de la pelota por su dureza y su máxima exigencia. Sólo quienes han vivido la soledad en toda la cancha saben qué es eso. Rubén Beloki, el campeón más joven de la historia, el récordman en activo de participaciones, bebió ayer uno de sus tragos más amargos en la carrera del mano a mano. No tanto por la contundencia del resultado, un 6-22 inapelable de punta a cabo, sino por la sensación que transmitió en la cancha. Para alguien que ha tocado el cielo de la mano, que ha disfrutado de cada pelotazo, verse limitado, impotente, desencanchado después de casi dos meses lesionado, sin recursos, debe ser muy duro.
En el Beotíbar, magnífica entrada para un lunes, se vio un intercambio de papeles. Asier Olaizola partía como víctima propiciatoria, debía sobrevivir en teoría al atronador saque de Rubén Beloki. Y resultó ser justo al revés. Asier fue un cañonero implacable.
El goizuetarra le hizo un siete de salida con el disparo inicial. Los ejecutó perfectos, con potencia, altura y arrimados a pared. La zurda del burladés -tocada hace tres días en un entrenamiento- no acertaba en el resto. A Beloki le cayó encima una auténtica catarata de saques, vivió más de medio partido clavado entre el nueve y el diez. Todos iguales. Uno, dos... hasta siete. Su confianza se iba resquebrajando tanto tras tanto. Por si fuera poco, Olaizola I apuntilló con tres dejadas perfectas e inalcanzables la escasa fe en sus posibilidades que le quedaba al burladés. Beloki se topó con un 0-11 de salida insalvable; y lo peor, verse impotente.
Una vendida de Olaizola en una volea sirvió para estrenar el casillero rojo. Beloki dibujó a continuación un dos paredes, su único tanto en jugada. Fue su escaso bagaje en la eliminatoria. El burladés no sólo estuvo flojo en el resto. Se le vio sin frescura, desencanchado, inseguro... Asier maquilló una paliza de escándalo con un error y una escapada de Beloki. No hubo más. Llegar hasta 22 fue un paseo militar para el goizuetarra.
Olaizola I, sólido en los dos partidos disputados, se planta en cuartos dispuesto a dar un susto.
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