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EL BLOC J.M. ESPARZA

La doble cara del río revuelto

Las crisis valencianista también obliga a los rojillos a una nueva mentalización para el partido ante un equipo que necesita presentar otra cara

Actualizada Martes, 22 de abril de 2008 - 04:00 h.

A OSASUNA le toca jugar en un Mestalla incendiado. El club "ché" ha decidido no tensar más la impopular cuerda que mantenía a Ronald Koeman y al club navarro le toca pescar en río revuelto o, quién sabe, pagar los platos rotos. Son dos maneras de ver la cruda realidad de un partido a vida o muerte para los dos clubes.

Si a nadie le gustaba, por ejemplo, reducir la lucha con el descenso a un cara o cruz con el Zaragoza, cuyo potencial de plantilla le puede hacer resurgir en cualquier momento, lo mismo podría decirse del Valencia, pero con un efecto amplificado.

Al igual que el cuadro maño, se trata de un equipo muerto en la Liga, pero que en cualquier momento puede resucitar como lo hizo en la Copa. Calidad le sobra para eso y para más. ¿Con cuál de las dos caras recibirá a Osasuna? El cataclismo sucedido ayer en la antigua ribera del Turia busca la única finalidad de obrar de revulsivo y poner en pie a un gigante dormido.

Sin duda, los sucesos del club "ché" perjudican a priori a Osasuna. De la misma manera que nadie conoce el desenlace de los noventa minutos de partido, tampoco nadie ignora que el cuadro de Mestalla saldrá con otras caras. Casi todo resultará nuevo. Los jugadores parten de cero, necesitarán luchar por un puesto en el equipo, presumiblemente con la incorporación de los "totems" apartados por Koeman. El público, que tan nervioso pone ultimamente a sus jugadores, silbará al palco, pero dará confianza al novedoso proyecto deportivo. En fin, si jugar contra el Valencia el domingo pasado fue un chollo, lo normal es que el próximo no ocurra lo mismo.

En todo el lío también hay un dato favorable a Osasuna, y es la previsibilidad del comportamiento valencianista, unido al efecto mentalizador que a 387 km de distancia también obliga a los rojillos a cargar pilas de una forma especial. No será un partido más, ni mucho menos. Se trata de una cita diferente bajo cualquier concepto, empezando por el efecto mediático que tendrá.

Los rojillos deberán gerenciar con mucha cabeza, con sangre fría, las urgencias con que el Valencia planteará el partido. No le bastará con vencer, necesita agradar a Mestalla, y ello significar cuajar un partido completo, algo así como atacar con fluidez sin pasar apuros en defensa, sin inquietar al respetable. Son los flancos por donde Osasuna debe plantear sus recursos.

El calendario puso la cita de Mestalla el próximo domingo, y los acontecimientos han situado el partido en medio de una crisis sin precedentes. No le queda a Osasuna la posibilidad de cambiar estas circunstancias, sino de intentar sacar tajada de ellas ante un rival directo.


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