Esta intervención generará nuevos espacios públicos, edificios, parques y nuevas dotaciones
Patxi Mangado, con los arquitectos portugueses Rui Lacerda y João Álvaro Rocha, ha ganado por concurso la adecuación subterránea del ferrocarril a su paso por la ciudad portuguesa de Espinho, muy próxima a Oport. Esta intervención generará nuevos espacios públicos, edificios, parques y nuevas dotaciones, que transformarán significativamente esta turística localidad de la costa lusa. Se puede decir que la ciudad, de apenas 10.000 habitantes, cambiará bastante ya que este proyecto afecta a 22.
400 metros cuadrados de la localidad. El presupuesto ronda los 30 millones de euros.
Mangado, Lacerda y Rocha se han inspirado en el origen pescador de esta población a través de un elemento que unifica formalmente su propuesta. Los diferentes espacios de este complejo quedarán unidos por una "malla dibujada en el pavimento, que invade el vacío". "Nos recuerda una red de pescadores extendida, que permite dar respuesta a las diferentes exigencias funcionales y constructivas, sin perder el concepto de unidad", como recoge la memoria.
El proyecto presentado por los tres arquitectos prevé el soterramiento del ferrocarril -en la actualidad pasa por la superficie-, lo que permitirá el reencuentro de la ciudad con la playa, hasta ahora separados por las vías. Esa malla tendida sobre el pavimento actuará como catalizador de los nuevos espacios y también como delimitador de las nuevas dotaciones y de sus zonas de influencia, ya sean espacios verdes, "superficies de agua iluminadas", bares, restaurantes, puestos de turismo, zonas de juegos, parques infantiles.".
Entre los nuevos espacios propuestos por Mangado, se encuentra la instalación de varias esculturas de bronce en la amplia plaza de Marqués de Graciosa. Estas piezas evocarán diversas personalidades del mundo de la cultura, algunas españolas, como el escritor Miguel de Unamuno o el músico y compositor Pau Casals. En otro de los lugares emblemáticos de la localidad, la Plaza del Casino, el espacio verde se combinará con el agua a través de unos bambús de cerámica por los que discurrirá el líquido. Esta combinación de agua y cerámica es también un aspecto significativo del pabellón de España de la Expo de Zaragoza, diseñado también por Mangado.
En otra de las plazas, la del Progreso, se crearán nuevos lugares de recreo, un espacio lúdico de juegos y parques infantiles, hasta llegar a la nueva estación ferroviaria envuelta por esa malla de pescadores que unifica todo el proyecto. Este nuevo edificio dispondrá de un párkin para más de 350 coches.
© DIARIO DE NAVARRA. Queda prohibida toda reproducción sin permiso escrito de la empresa a los efectos del artículo 32.1, párrafo segundo, de la Ley de Propiedad Intelectual