El técnico navarro vivió ayer su último partido en el banquillo tafallés y se despidió del equipo de la misma forma en la que ha discurrido su temporada: con la amargura de la derrota inmerecida. Así vivió el encuentro.
"Hemos hecho un partido bueno, con llegadas. Pero nos ha vuelto a faltar la calidad suficiente en los últimos metros. Luego hemos dudado en la última jugada y el rival lo ha aprovechado con un gol que sólo se marca una vez en su vida", comenzó Patxi Rípodas.
Para el entrenador, lo que desniveló el encuentro fue una actuación arbitral que no se ajustó a lo vivido sobre el campo: "Este no era un partido para que la Peña Sport se quedara con nueve jugadores. Ha sido un encuentro de guante blanco. Pero las decisiones que se toman contra la Peña son muy fáciles, porque ya estamos descendidos. Ya antes de empezar el partido el árbitro nos ha pegado una charla porque parecía que venía a la guerra. Y ese paripé no tiene sentido. Es una pena".
Por último, Patxi Rípodas agradeció a la directia la oportunidad que le ha dado de entrenar en Segunda B: "Me voy con la pena de no haber logrado el objetivo pero con la alegría del grupo humano que he encontrado".
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