F LACO favor se hace al equipo si las continuas derrotas en casa se excusan con la mala suerte, la mala puntería o los malos arbitrajes. Tirando de estadística Osasuna remató ayer cinco veces a puerta en todo el partido, uno cada 18 minutos. De todos los equipos que en esta jornada han jugado como locales, Osasuna es el tercero, entre diez, que menos veces remató. Lo preocupante no es sólo eso, sino que la mayoría de esos remates llegan en jugadas aisladas, en chispazos que se van diluyendo en un juego cada vez más espeso a medida que avanzan los minutos. Los goles en contra pesan como losas en las piernas y también en las cabezas. Ayer, en el tramo final, además de fútbol al equipo le faltó fe en lo que estaba haciendo. La mala suerte no existe cuando en un campeonato de 38 jornadas coqueteas cada semana con el descenso. Algo pasa y todavía hay tiempo de poner remedio.
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