Los voluntarios del grupo Ibaigorri limpiaron los montes de Lerín

Una parte del grupo de lerineses voluntarios posó después de realizar el trabajo de limpieza. JOSÉ DE ASTERÍA

Dieciocho miembros de la asociación naturalística Ibaigorri, de Lerín recorrieron durante cuatro horas los montes de su demarcación para realizar una limpieza de desperdicios y mejorar el entorno. El propio alcalde Marcelino Azcoiti, se puso "los guantes" y se sumó al grupo trabajando por un Lerín más limpio,dando ejemplo de civismo.

El grupo de lerineses de Ibaigorri se dio cita a las nueve de la mañana con sacos de plástico para depositar en ellos toda la basura que encontraron a su alcance. Recorrieron una longitud de unos ocho kilómetros de monte en una franja de unos doscientos metros de ancho. El trabajo fue realizado por separado en pequeños grupos y para las 13. 00 horas se juntaron para comentar las incidencias de la jornada.

José Luis Solano Yanguas, presidente de Ibaigorri, no pudo acudir a la recogida por estar de baja, pero estuvo al tanto de lo que acontecía. "Me hubiera gustado ser uno más de la partida pero no ha podido ser", comentaba Solano, que reconocía el apoyo de la veintena de voluntarios.

"Creo que han cumplido con el objetivo. La gente ha respondido magníficamente y han realizado el trabajo con mucha y buena voluntad. El monte necesitaba de un repaso y como primera experiencia ha quedado muy bien", apuntaba el presidente de Ibaigorri.

En el rastreo se recogieron toda clase de basura y otros objetos: colchones, un televisor, un microondas, una batería de automóvil, todo tipo de latas y botellas, vidrio, ladrillos y muchas cosas más. Ignacio Lanz Sordovilla encontró otro aparato. "Al poco tiempo de caminar por el monte lo primero que encontré fue un microondas. Aparentemente está en muy buen estado. Es una pena cómo tira la gente estas cosas", comentaba este lerinés, de 76 años que se apuntó al grupo.

Por su parte, Javier Yerro Andueza y Oier Monreal Beraza, recogieron un televisor. "En la batida te encuentras de todo tipo de objetos. Es una pena que esto suceda porque ensuciar de esta manera el monte desdice del comportamiento humano", coincidían ambos.

Durante las cuatro horas que duró la jornada los 20 voluntarios llenaron de sacos una furgoneta prestada por Carpintería Gorricho y a las dos de la tarde tenían previsto celebrar el día con una comida de hermandad obsequio de Casa Reyes.