Veinticinco años dan para conocer a muchos consejeros de agricultura. Empecemos por Francisco San Martín, un hombre salido de la UAGN.
Aún me recuerda que el mayor "cristo" que he montado se lo hice a él. Rompimos las puertas del departamento y le tiramos leche al suelo para denunciar los bajos precios que cobraban los ganaderos. Tuvieron que cambiar toda la moqueta y fastidiamos hasta archivos. Luego, la leche fermentada deja un buen olor y estuvieron una temporada con ambientadores. Me suele decir: "A otros no les has echo eso".
En 1992, vino José Cruz Pérez Lapazarán, al que en un inicio se le acusó de UAGN de ser demasiado técnico.
Ha sido el consejero con el que más descalificaciones me he cruzado. Vino de La Rioja, venía como diputado foral. Venía un poco tieso. Tuvimos muchísimos follones, pero al final tengo que reconocer que es uno de los mejores políticos que existen. Hoy me une gran amistad.
El relevo fue Ignacio Martínez Alfaro.
Al principio, la primera legislatura, nos llevamos bien. Incluso, cuando volvió a ganar UPN le pedimos a Sanz que lo mantuviera. Pero, en la segunda legislatura los cables hicieron chispazo por las formas de ser. Es un gran técnico, una persona seria, convencida de los suyo. Yo, para mi Gobierno, no cogería a Martínez Alfaro, pero para mi empresa no tengo la menor duda de que lo ficharía. Es un gran profesional, pero estábamos en política.
Javier Echarte fue el siguiente, aunque ya estuvo antes durante el Gobierno Tripartito.
Como Javier no caen dos al kilo. Con Javier no puedes reñir aunque quieras. Te daba siempre la razón y después no se podían hacer las cosas. Es la mejor persona que he conocido como consejero.
La última, una hija de la UAGN, Begoña Sanzberro.
Begoña me tendrá siempre y sin condiciones. Es una persona de principios. Negociamos su puesto en el Parlamento, pero siempre puso dos condiciones: que quisiera la organización que fuera y que se solucionara un problema que teníamos con la actividad clasificada. Es honrada y es trabajadora. En este tiempo que ha estado ella ha estado en su sitio y yo en el mío. Ni una comida, ni nada de compadreo.
Hablemos de los presidentes. Gabriel Urralburu.
Me daba miedo. Ha sido el presidente que más me ha sorprendido en el sentido de que iba a las reuniones y sabía más que yo de agricultura. ¡Sabía todo aquel hombre! Me daba respeto y para el campo fue buen presidente, al margen de todo lo demás.
Le sucedió Juan Cruz Alli.
Me hace gracia, pero parece mentira lo inteligente que ha sido siempre porque estuvo año y medio sin recibirme. Eso, me dio muchas bazas para criticarle en las manifestaciones. Alguna vez le he preguntado por qué no nos recibía, pero me ha toreado. Luego, es cierto, que nos ha reconocido y nos ha tenido un cariño especial.
Javier Otano.
No me dio tiempo para conocerlo. En el tiempo que estuvo tuvo en cuenta al sector.
Y el último: Miguel Sanz
A Miguel le tengo que agradecer que siempre he tenido hilo directo con él. Siempre se ha puesto al teléfono cuando le he llamado y eso que siempre le he llamado con problemas.
Los delegados de Gobierno en estos 25 años también ha sido muchos. ¿Con quién se queda?
El mejor y, que era duro de narices, ha sido Francisco Javier Ansuátegui. Le hicimos muchas manifestaciones. Incluso, me tuvo un día acompañado por dos policías cuando tiramos camiones franceses. Me llamó un día al despacho y me dijo: "Voy a hacer las cosas que no quiero ni deseo hacer contigo. ¡Te voy a tener que detener!". Y le contesté: Señor delegado, porque había que tratarlo de usted, cumpla usted con su deber. Eso lo derrotaba, porque en el fondo me apreciaba. Hay quien le pone calificativos, pero ha sido el delegado que más problemas ha solucionado al sector.
También una larga lista de ministros.
Solbes fue el mejor ministro de agricultura que hemos tenido. Y después , ha habido un par de ministros que merecen mi reconocimiento: Loyola de Palacio y Miguel Arias Cañete. A Arias Cañete le llegué a enganchar de la solapa. Teníamos un compromiso porque los agricultores navarros habían sido injustamente discriminados en las ayudas relativas a la producción de maíz. No había forma de que cumpliera el acuerdo para solucionar el problema. Y una noche, en un hotel de Madrid, le agarré de la solapa y le dije: estás cavando mi tumba, pero que sepas que muero matando. Al día siguiente llamaron del MAPA para solucionarlo.
Las malas lenguas dicen que es un socialista convertido a UPN.
¡Que digan! Lo que demuestra son los hechos. Y los hechos son que en el congreso estaban todas las fuerzas políticas, desde UPN hasta Nafarroa Bai. He sido independiente, pero dependiente del que ha ganado las elecciones y siempre me he reunido con todos los grupos.
Y Eraúl ciudadano, ¿dónde está en el panorama ideológico?
La ideología la tengo en las personas que me dan confianza. Sinceramente, he votado a casi todos los partidos, pero siempre a las personas.
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