La brigada de servicios revisará todo el paño de la roca para quitar las piezas sueltas y se estudia una actuación más profunda
El desprendimiento de una piedra de grandes dimensiones de la pared de roca que separa la avenida Yerri con la Cuesta de Entrañas de Estella ha obligado al Ayuntamiento a intervenir en el lienzo para evitar más caídas de material. El hecho ocurrió a las siete de la mañana de ayer cuando una vecina de la ciudad se dirigía a su puesto de trabajo por la acera pegada a la roca. La piedra, de unos quince kilos de peso, cayó junto a sus pies.
La mujer alertó a Policía Municipal que procedió a vallar la zona y habilitó un pasillo peatonal por la banda de la carretera destinada a aparcamiento de vehículos. Hasta el lugar, también acudió el arquitecto municipal, Javier Caballero, y técnicos de la comisión de Urbanismo, además de un geólogo.
A pie de roca, la primera determinación adoptada al ver el tamaño de la piedra desprendida fue poner en marcha una actuación urgente. La brigada municipal de Servicios se ocupará de revisar todo el paño para buscar las piezas sueltas y retirarlas. Ayer, fue necesario echar mano de una carretilla elevadora para quitar de la acera el material desprendido sobre la acera.
Peligro latente
A lo largo del día el viento desbarató el precinto de seguridad de los agentes locales. Y varios viandantes hicieron caso omiso a las advertencias pasando bajo la roca, algo que, como recordó Policía Municipal, entraña aún peligro. Sobre todo estos días en que se anuncian lluvias y rachas de viento.
Mientras, en las oficinas municipales ya se trabaja para adoptar una solución que evite futuros desprendimientos. El Ayuntamiento ayer mismo encargó al geólogo que acudió a la roca, Guillermo Erice Lacabe -de la empresa Geea- la elaboración de un estudio en el que se exponga tanto la situación de la pared como posibles actuaciones para finiquitar el peligro de nuevas caídas.
De este lienzo rocoso, que discurre paralelo por la Cuesta Entrañas con una altura máxima de cinco metros, nunca se había desmoronado ninguna piedra. No puede decirse lo mismo de otro resto de roca cercano, ubicado al final de la misma Cuesta de Entrañas y al lado opuesto de la calzada. Pero, en este caso, se trata de una pared con una hondonada en su parte inferior que se aprovecha para aparcar vehículos -algunos de los cuales han sufrido daños por estas caídas- y de nulo tránsito peatonal. Quizá por esta ausencia de riesgo físico, aquí no se han planteado, de momento, ninguna actuación.
Y para evitar los desprendimientos de la pared que causó el suceso de ayer, al Ayuntamiento se le plantean varias opciones aunque habrá que esperar a las sugerencias hechas por el geólogo. Se habla de hierros entre las fisuras para contener las piedras o echar mortero en los puntos conflictivos. "Otra solución sería colocar una malla o rebajar el perfil de la roca y poner un muro. Pero estas dos propuestas no nos convencen en absoluto por su impacto visual", desveló el arquitecto municipal.
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