En la bajera de su domicilio se apilan 16 bicicletas de carretera, montaña y pista
CIENTOS de fotos, posters y recuerdos del ciclismo llenan las paredes y los armarios de la casa de Valtierra donde reside la familia del matrimonio formado por Guillermo Urmeneta Garcés, de Valtierra, y María Gil Rubio, de Tudela. Seis de sus siete hijos se han inclinado por la práctica del deporte del pedal. Sólo el mayor -Isaac- ha preferido mantener su forma física con el montañismo. Los padres les inculcaron vida sana desde muy pequeños con el ejemplo.
Ambos son grandes aficionados al senderismo, pero fue Rubén -el segundo de la saga- quien prefirió hacer los kilómetros sobre dos ruedas y arrastró al resto de sus hermanos.
Guillermo y María son felices con sus vástagos aunque reconocen que el deporte se lleva una parte del porcentaje del presupuesto familiar. "Se gasta en la medida de lo posible y no se invierte más de lo que se puede. Todo es cuestión de buscar un equilibrio para vivir y para disfrutar según tus necesidades", comentaba la madre María Gil.
Perfecta organización
El matrimonio valtierrano tiene muy claro que una "perfecta organización" es fundamental en la vida. El padre es socio de una empresa en Peralta y los dos hijos mayores también aportan a la casa el dinero que ganan en sus respectivos trabajos.
Los fines de semana los padres se reparten para los desplazamientos. "Guillermo viaja con un hijo y yo me preocupo de llevar a los más pequeños al lugar donde van a competir. El hijo mayor, si hace falta, también nos echa una mano. Sólo María se desplaza con el vehículo de su propio equipo", aseguró.
En el domicilio también es necesario un orden total. En el garaje se apilan 16 bicicletas -seis de carretera, cuatro de mountain bike y cuatro de pista- y en los armarios cada uno de los hermanos ha de buscar un sitio para la ropa -tres equipaciones-, cascos y zapatillas. "No hay problemas, cada cual sabe sus obligaciones y derechos y todos se ajustan a las normas de la casa", afirmó.
Rubén pertenece hoy a un equipo sub 23 de aficionados, aunque su madre no sueña con ver a ninguno de sus hijos en un equipo profesional en el futuro. "Me gustaría que así lo fuera, pero es difícil porque en este deporte sólo gana uno y hay que ser muy bueno para llegar a profesionales", señaló. No obstante, reconoce que "lo más importante es que ellos estén entretenidos, que tengan un motivo para salir al campo, a practicar deporte y llevar una vida sana. Éste es el mayor triunfo que nos puede llegar", concluyó.
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