El restaurante tenía previsto preparar una parte del primer salmón para unos japoneses
CAPTURAR el primer salmón de la temporada en aguas del Bidasoa es un premio codiciado, que compensa la paciencia de horas de vacío y silencio con la caña tendida, los ojos bien abiertos y la compañía agradecida de unos amigos de afición compartida.
Ayer, José Luis López Marquínez, jubilado de banca de 69 años de edad y padre de dos hijos, se retiró a su domicilio, en la localidad guipuzcoana de Fuenterrabia, con la satisfacción de haber arrebatado de las aguas del Bidasoa un ejemplar nacido en su lecho, convertido en anhelo de pescadores desde que el último domingo de marzo arrancase la temporada salmonera. Pescó "a cucharilla" una hembra de la especie autóctona del lugar, que alcanzó en la báscula los 4,4 kilogramos y midió 75,5 centímetros.
Después de 18 días sin el tan preciado "Lehenbiziko", -aunque llegasen a avistarse "hasta siete salmones" que picaron, pero lograron escapar-, la incertidumbre de su hallazgo se diluyó a las 7.55 horas. Sin apenas tiempo para acomodarse en uno de los puestos del "Pozo de los 50", a corta distancia del puente de Endarlatsa, el pescador guipuzcoano sintió el sedal tenso y el hormigueo de la intuición de una inminente captura.
"Llegué al río y el puesto que me gustaba ya estaba ocupado", confesaba entre una y otra entrevista a orillas del Bidasoa. Paradojas del destino, el traslado a un lugar diferente al deseado le colocó ante el objetivo perseguido. Ya su olfato de pescador experto -se aficionó a la pesca con 30 años y desde hace 14 es asiduo al Bidasoa- orientó sus pasos al margen opuesto al que ocupa de forma habitual cada mañana.
Luego, cuando ya hubo sentido la picada, se armó de valor y buen temple, agarrado a la experiencia de quien sabe que "el salmón trata de nadar a favor de la corriente para escapar". Conocedor de los movimientos de su presa, sus intentos se dirigieron en todo momento a colocarla en sentido contrario y evitar que en un lance se liberase del anzuelo. En apenas, "cuatro o cinco minutos", completó con éxito su estrategia, en la que encontró el apoyo de Joseba Urbistondo Sein, vecino de Yanci de 26 años, como portador del salabardo, utilizado para retirar de la orilla el salmón.
Trofeo de Bera
A buen recaudo la pieza, el feliz pescador recogió un trofeo dorado de la Sociedad de Caza y Pescadores de Bera, de manos de Fran Agara Alzuguren. Para entonces, el Restaurante Hartza de Pamplona, ya había expresado su interés de hacerse con el "Lehenbiziko". Mientras, el presidente de la sociedad beratarra, Juan Otamendi Lasaga, agradecía "la buena disposición del Gobierno de Navarra" en las gestiones llevadas a cabo para habilitar unos tramos de la zona vedada en días de labor entre las presas de Endarlatsa y Las Nazas por las obras de la N-121.
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