Como si estuvieran siguiendo la petición del Rey, reinó en la sesión un clima de encuentro y diálogo sin mirar el carné
EL valor de la palabra, el respeto y la importancia del diálogo fueron las grandes ideas lanzadas por el Rey y por el presidente de las Cortes, José Bono, en la apertura de la IX Legislatura, y algunos líderes políticos se apresuraron a ponerlas en práctica a las puertas del Congreso.
Con todas las miradas puestas en los cinco nuevos ministros que ayer se sentaron por vez primera en el banco azul, la sesión de apertura de la legislatura transcurrió conforme a lo previsto.
Incluso los brazos caídos de los diputados y senadores de ERC y de ICV al término del discurso del monarca, mientras el hemiciclo aplaudía sus palabras puesto en pie, parecía dentro del guión.
La sesión comenzó con el Himno Nacional, una de las pocas ocasiones en las que puede verse a todos los diputados y senadores puestos en pie, y en completo silencio, en el salón de sesiones.
Y eso que las dimensiones del hemiciclo les hicieron sufrir estrecheces: los 350 diputados han tenido que repartirse su espacio con 264 senadores, y a alguno se vio sacar una pierna o desplazar su silla hacia el pasillo para buscar holgura.
Mientras esperaban la entrada de los Reyes, las conversaciones se han sucedido junto al banco azul entre los nuevos ministros y de los más veteranos con los noveles, con muchas sonrisas, besos y abrazos.
También se hablaba mucho en las bancadas. Los parlamentarios se colocaron a ojo pero siguiendo la habitual distribución de los grupos, es decir, con el PP a la derecha, el PSOE a la izquierda y los nacionalistas en el centro.
Turno de saludos
"La palabra y el debate son dones de la democracia", proclamó José Bono en el arranque de su alocución. Después, Don Juan Carlos pidió "diálogo sincero".
Finalizada la sesión, los Reyes saludaron a los diputados y senadores (los de ERC no pasaron por el salón), un tiempo que sirvió para que los que ya estaban en el exterior del Palacio esperando el comienzo del desfile militar practicaran las virtudes del diálogo y el entendimiento.
Más de un cuarto de hora conversaron animadamente el líder del PP, Mariano Rajoy, con el portavoz socialista, José Antonio Alonso, bajo el dosel ubicado en la escalinata principal del Congreso.
Para eludir cualquier sospecha, el presidente del PP comentó después que únicamente habían hablado "de León", la tierra de Zapatero y Alonso y donde Rajoy pasó parte de su infancia.
Antes, el jefe de la oposición y el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, habían cruzado unas pocas palabras tras la llegada de los Reyes a la Carrera de San Jerónimo.
Pero hubo más mezcla de interlocutores de distinto signo político: el presidente de la Generalitat, José Montilla, con el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, con la vicepresidenta primera María Teresa Fernández de la Vega, y con el vicepresidente segundo, Pedro Solbes.
En los escaños, dos diputados de ERC hacían foto poco antes de comenzar la sesión.
Y en el patio, los periodistas no dejaron de buscar a los que serán nuevos protagonistas de la legislatura: parlamentarios, ministros y especialmente a la nueva secretaria de Estado de Comunicación, la periodista Nieves Goicoechea, que sucede en el cargo al ahora diputado socialista Fernando Moraleda.
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