Alonso considera secundario que se hable de "trasvase" y garantiza que el caudal del Ebro no se verá mermado
El agua, la sequía y, sobre todo, la prolongación del trasvase de Tarragona hasta Barcelona acordado entre el Gobierno y la Generalitat para aplacar la sed de la ciudad condal, exigen una explicación urgente y en sede parlamentaria por parte de José Luis Rodríguez Zapatero. Así lo cree el Partido Popular, que pedirá con este motivo la primera comparecencia parlamentaria del jefe del Ejecutivo en la recién nacida IX Legislatura.
El presidente "debe explicar su rectificación en la política de aguas", al rechazar primero los trasvases entre cuencas y aceptar una transferencia de agua para Barcelona, y "si piensa adoptar medidas similares para otras zonas" afectadas por la sequía, argumentó la portavoz parlamentaria del PP, Soraya Saénz de Santamaría.
Contra el principio de igualdad
No obstante, la solicitud del PP correrá presumiblemente el mismo destino que todas las formuladas a José Luis Rodríguez Zapatero en la pasada legislatura, rechazadas en su día por el PSOE y sus aliados parlamentarios.
Para el PP, la actuación del Gobierno supone una quiebra del principio de igualdad de trato entre comunidades, y su portavoz dijo entender el malestar que pueden sentir ciudadanos de Murcia, Valencia o Aragón, por la solución para Barcelona pactada por el Ejecutivo y el gobierno catalán.
El portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, aseguró ayer que el Gobierno está asumiendo su "obligación" de seguir garantizando el suministro de agua para necesidades básicas a los ciudadanos, "sean de donde sean", y retó al PP a que aclare cuál es su posición sobre el abastecimiento de agua a Barcelona, que se negó a definir como trasvase. Tampoco aclaró la posición del PSOE ante la petición del PP de que comparezca el presidente del Gobierno.
En rueda de prensa en la Cámara Baja, Alonso recalcó que el acuerdo que alcanzaron ayer los gobiernos central y catalán es una solución "provisional" a la espera de que se pongan en marcha las desaladoras y aclaró que esta decisión no supondrá "en ningún caso" una disminución de los recursos hídricos del Ebro.
"El caudal del Ebro no se va a ver mermado", insistió Alonso, quien considera "secundario" que se defina esta solución como "trasvase" o no. "Como le llamemos a las cosas es lo de menos. Eso es algo absolutamente secundario", remachó.
Ayer, Zapatero celebró un encuentro con José Montilla en el Congreso, aprovechando la sesión solemne de apertura de la Legislatura. Fueron tres cuartos de hora de reunión, según fuentes de La Moncloa, que sirvieron para repasar asuntos como la futura financiación autonómica, el desarrollo del nuevo Estatuto y el calendario de transferencias.
Rechazo ecologista
Las mismas fuentes destacaron la "satisfacción" gubernamental por el acuerdo que ratificará mañana el Consejo de Ministros y con el que el Gobierno puede garantizar el suministro de agua de boca a los barceloneses, como está haciendo "con todos los españoles".
Las cinco grandes ONG medioambientales - Greenpeace, WWF/Adena, SEO/BirdLife, Ecologistas en Acción y Amigos de la Tierra- rechazaron cualquier trasvase entre cuencas; el trasvase de Barcelona - "que lo es, lo llame como lo llame el Gobierno", dijo Alejandro Sánchez, de SEO/BirdLife-, o cualquier otro. No obstante, recordaron a los gobiernos de Murcia y Valencia que no hay comparación posible entre esta "transferencia de emergencia" para el suministro urbano en Barcelona, y los 1.000 hectómetros cúbicos que pretendía derivar del Ebro el trasvase hacia el Levante, destinados también al riego y la creación de complejos residenciales.
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