"El superávit fiscal y el saldo positivo en las cuentas públicas dan un mayor margen de maniobra"
El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Pedro Solbes, admitió ayer, por fin, que el frenazo de la economía está siendo más intenso de lo previsto. El Producto Interior Bruto (PIB) creció en el primer trimestre del año "bastante menos" que en el precedente, cuando aumentó un 3,5%, reconoció Solbes, siempre cauteloso, durante su intervención en el XV Encuentro Financiero organizado por el diario ABC y la consultora Deloitte.
El responsable económico consideró sesgada a la baja la estimación del Fondo Monetario Internacional (FMI), que prevé un crecimiento del 1,8% para la economía española este año, si bien observó que el repunte podría llevar más tiempo de lo que prevé el organismo internacional. Los signos de recuperación se dejarán notar, a su juicio, a partir del segundo semestre del año 2009. Y será en 2010 cuando la expansión recupere su ritmo potencial, que los expertos suelen situar en torno al 3%, lo que hará que el superávit público vuelva a estar en el entorno del 2% del PIB.
Por el momento, el Gobierno no modificó la previsión oficial de crecimiento económico para este año, que mantiene en un poco realista 3,1%. La costumbre implantada por Solbes consiste en realizar dos estimaciones anuales: una en junio, cuando se dan a conocer los primeros datos del cuadro macroeconómico, y otra en diciembre, en el momento en que se envía a Bruselas el plan de estabilidad.
La crisis financiera y sus secuelas, así como el pinchazo inmobiliario, intensificaron sus efectos en el arranque del presente año.
Al gobernador del Banco de España, Miguel Fernández Ordóñez, que en ese mismo foro aconsejó reducir gastos para cubrir los costes de medidas anticipadas en campaña electoral -la deducción de 400 euros en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), entre ellas-, Solbes le respondió que tales gastos ya forman parte del sistema.
El vicepresidente económico explicó que el superávit de las cuentas públicas y la reducción de deuda llevada a cabo en tiempos de bonanza proporcionan margen de maniobra para hacer frente a las consecuencias de la desaceleración del crecimiento, siempre de forma modulada y acorde con las necesidades.
Medidas temporales
Junto al funcionamiento de los estabilizadores automáticos
-en tiempos de crisis, se merman los ingresos a la vez que aumentan los gastos-, el Gobierno adoptará medidas de aplicación temporal, como ayudas a las familias y las empresas, apuntó.
Solbes avanzó que, según sus estimaciones, no debiera registrarse déficit en la ejecución presupuestaria de ningún año, aunque matizó que ese saldo dependerá de cómo evolucione el PIB.
Preguntado por las medidas para combatir la inflación, dijo que ésta se debe al encarecimiento del petróleo y los alimentos, "donde poco se puede hacer".
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