La antorcha olímpica recorrió hoy la capital de India a lo largo de sus bulevares purgados de espectadores, ya que 15.000 agentes de la Policía mantuvieron alejados de la ruta a los manifestantes de la mayor comunidad de exiliados tibetanos y realizaron cerca de un centenar de detenciones.
Unos 70 deportistas y celebridades, estrellas de cine de Bollywood incluidas, participaron en los relevos de la antorcha a través de las calles de la antigua ciudad colonial británica en una ruta de unos tres kilómetros, reducida ante el temor de las protestas sobre Tíbet, después de los incidentes que se produjeron en ciudades como París. Por todo el país, miles de manifestantes principalmente tibetanos.
El recorrido de la antorcha se desarrolló en una atmósfera extraña de vacío en una ciudad normalmente rebosante de vendedores ambulantes, ruidosos 'rickshaws' y tráfico. La única multitud que había, además de algunos chinos ondeando banderas, estaba formada por escolares que habían sido trasladados en autocar por las autoridades.
Rodeados por asistentes chinos, vigilantes de seguridad indios vestidos con chándal y policías y soldados cargados con rifles automáticos, los corredores sólo pudieron saludar a las cámaras de televisión. Fuera del fuerte cordón de seguridad, decenas de tibetanos fueron detenidos por intentar manifestarse.
La antorcha, que está haciendo su recorrido internacional hasta China para los Juegos Olímpicos de Beijing en agosto, llegó desde Pakistán en avión antes del amanecer y fue recibida por protestas en India, donde miles de tibetanos marcharon con lámparas tibetanas.
Protestas en todo el país
Horas antes de que comenzara el recorrido de la antorcha por Nueva Delhi, miles de tibetanos recorrieron las calles de la ciudad haciendo relevos para pedir la independencia de Tíbet y protestar contra la política china en su tierra natal, en particular por cómo sofocó la revuelta del mes pasado. "La antorcha de China es la llama de la vergüenza", decía una de las pancartas.
La policía detuvo a una veintena de tibetanos durante las primeras horas de la mañana. Muchos fueron arrastrados a los furgones policiales mientras gritaban lemas contra China.
En Ladakh, una región de mayoría budista en los Himalayas indios, miles de personas, incluidos monjes con sus tradicionales túnicas rojas, se manifestaron en solidaridad con los tibetanos.
En la ciudad de Dharamsala, en el norte de India, que acoge al Gobierno tibetano en el exilio, unos 1.500 tibetanos se manifestaron exigiendo un "Tíbet libre" y los comercios cerraron en solidaridad con los manifestantes.
En Bangalore, un importante centro de tecnología de información del país, unas 300 personas gritaron "Libertad para Tíbet" y "Salvad Tíbet" y llevaron una antorcha sin encender por la ciudad.
En Mumbai, el centro financiero de India, manifestantes tibetanos gritaron lemas y enarbolaron banderas tibetanas junto a las oficinas del consulado chino. El jueves por la mañana la policía había detenido al menos a una docena de ellos.
El recorrido de la antorcha ha estado acompañado de protestas contra la política china en Tíbet en Europa y América. En algunos lugares, los manifestantes intentaron apagar la llama y los organizadores tuvieron que extinguirla o esconderla para ponerla a salvo.
Ante el riesgo de que se produjeran incidentes similares, las autoridades indias redujeron el recorrido a un tercio respecto a la ruta inicial de nueve kilómetros de distancia y no desveló el trayecto exacto. India lleva semanas siendo escenario de protestas, incluso unos manifestantes lograron escalar los muros de la Embajada china.
El Dalai Lama, refugiado en la India, instó a los tibetanos a desistir de su intención de interrumpir el evento y ha reiterado su apoyo a los Juegos Olímpicos, pero aún así las protestas han continuado.
India tuvo que asegurarle a China que habría unas condiciones de seguridad adecuadas para la antorcha, después que el ministro de Asuntos Exteriores del país organizador de los Juegos hablara este mes con su homólogo indio.
A pesar de años de desconfianza y una breve guerra fronteriza en 1962, una India en plena expansión está intentando reforzar sus lazos con China, que se ha convertido en uno de sus principales socios comerciales.
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