Hace un par de temporadas, Corera elaboró un estudio que reflejaba una realidad que está perjudicando a los filiales de los equipos de Primera y Segunda que tienen que batirse el cobre contra estructuras profesionalizadas y de edad más veterana. Extrajo que el 80% de los jugadores sub 23 de las plantillas de Segunda B no tenían minutos. "Con ello, quise demostrar que la Segunda B no es una competición para los jóvenes, ni los clubes quieren ponerlos. Sólo juegan en los filiales", indicaba ayer Jesús Corera.
El mandatario rojillo, Pachi Izco, entendió la importancia del proyecto y se puso manos a la obra con ello. Trasladó el asunto a la Federación Española y a la LFP, y los clubes lo tomaron de buen grado. "Vieron la propuesta y se generó una inquietud. Se hizo un sondeo y se vio que el 90% de los filiales en Segunda B están de acuerdo", comentaba el director de fútbol base de Osasuna.
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