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FCO. JAVIER REMÍREZ ARANA PERITO PREMIADO

"La relación con los talleres ha mejorado"

Ha dedicado al peritaje 38 de sus 64 años. Empezó con los automóviles y siguió con viviendas o embarcaciones. "Ha mejorado mucho la relación con los talleres".

Actualizada Miércoles, 16 de abril de 2008 - 04:00 h.
  • C. R. . PAMPLONA

No es el primer premio que recibe por su labor profesional, pero éste le honra especialmente. El premio San Francisco Javier en reconocimiento a sus 38 años de trabajo como perito viene concedido unánimemente por el consenso del ámbito de la Justicia, del de los consumidores e incluso de los propios talleres de reparación.

En un terreno laboral "pantanoso" por su tendencia al conflicto, Francisco Javier Remírez Arana (Arróniz, 1943) ha sabido reunir el acuerdo de todos los profesionales. Casado y padre de dos hijos que trabajan con él como peritos, habla así de sus tareas cotidianas, que le suponen entre 400 y 500 peritaciones al mes.

¿Cuál es la labor de un perito? Tiene la formación necesaria para dictaminar qué ha pasado tras un incendio, un accidente o una gotera, por ejemplo. Sus funciones son principalmente cuatro: dictaminar las causas del siniestro, valorar los daños, evaluar las circunstancias que influyen y fijar una propuesta de indemnización.

¿Cómo empezó a ejercer de perito?

Como muchos jóvenes de mi generación, vine del pueblo, a estudiar a Pamplona. Pasé por los Paúles y completé mi formación con unos cursos de mecanografía y cálculo comercial. Llegué a colocarme en una oficina en la Rochapea. Pero cuando era jefe de taller, en 1970, opté por dedicarme a lo que me gustaba. Formé parte de la primera promoción de peritos tasadores de seguros que se tituló ese año en Bilbao. Estábamos seis u ocho navarros. Desde entonces, desarrollé paralelamente mis actividades profesionales y formativas. Y hasta hoy no he parado (ríe).

¿Recuerda qué es lo primero que peritó?

La verdad es que no (ríe). Seguramente un automóvil, aunque no recuerdo con exactitud el modelo.

Comparado con lo que encontró en sus comienzos, el panorama será hoy muy distinto, ¿no?

El panorama ha cambiado muchísimo. Cuando empecé, la peritación era puramente manual y cada profesional actuaba según su propio criterio, por lo que era más complicado ponerse de acuerdo. El primer tarifario de automóviles en Navarra es obra mía. A partir de ahí, las cosas han evolucionado hasta la peritación de automóviles por ordenador. ¿Y eso cómo es?

Cada pieza del coche tiene un código. Al introducirla, el programa indica si se puede sustituir o cambiar, estableciendo un criterio externo que ha servido para mejorar mucho las relaciones entre los peritos y los talleres.

¿Qué es lo más complicado a la hora de peritar?

Quizá no sea una cuestión concreta, sino que existen temas muy complicados. Uno de los que más problemas presenta es el de la reconstrucción de un accidente con varios vehículos implicados. También es muy complejo dictaminar la causa de un incendio de grandes dimensiones, o asuntos relacionados con averías mecánicas o electrónicas. Por eso es muy importante para un buen perito no descuidar su formación. Un parón de 2 años sin actualizarte, te deja fuera del mercado.

¿Este premio es la antesala de la jubilación?

No, por ahora pienso seguir trabajando. Es mi vida. Por lo menos, los 4 años que me quedan por delante como presidente de la Asociación de Peritos de Seguros y Comisarios de Averías (APCAS) en Navarra, que agrupa a 35 peritos de la región. Disfruto con mi trabajo. Además, tengo en mente que mi trabajo no ha sido en balde y tendrá continuación. Mis dos hijos trabajan aquí conmigo y llegado el momento tomarán mi relevo.


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