Grupos de guardas se toparon con el animal en un mismo paraje de Garde hasta en tres ocasiones y de día, algo inusual
El oso Camille está enfermo y peligra su supervivencia. Así se ha podido constatar en tres recientes avistamientos realizados por distintos grupos de guardas en la zona de Garde. El plantígrado tiene ya unos 25 años, la edad máxima media de longevidad de los osos, y señales de su declive vital son que está afectado por la sarna en buena parte de su cuerpo y que busca fuentes cómodas de alimento como carroña.
Desde Medio Ambiente del Gobierno de Navarra aseguran que "las expectativas para su supervivencia no son las mejores".
El animal reside casi todo el año en el valle de Roncal desde 1998, y es el único oso con presencia en nuestra comunidad. En los Pirineos hay una veintena de osos, y en la zona más occidental sólo cuatro: Camille, Aspe oeste, Neré y Cannelito.
La sarna es una enfermedad de la piel causada por el ácaro parásito sarcoptes scabiei. Su principal síntoma es el prurito (picazón), que está causada por la reacción alérgica del cuerpo ante el parásito, y que se manifiesta con pequeños granos, ampollas y pequeñas úlceras con costras.
Desde Medio Ambiente del Gobierno foral ya se constataron hace año y medio los primeros síntomas de la afección de la sarna en Camille, aunque ahora se observa una mayor incidencia. Sus efectos son claros en su lomo y cuartos traseros.
Según explican, el avance de la sarna se debe, sobre todo, a la avanzada edad del animal, incapaz de regenerar la piel y más débil en general para sobreponerse a las enfermedades. Señalan además que tratarlo en campo abierto no sería fácil, aunque podría intentarse. No obstante, esto no lo libraría de un final de su existencia cada vez más próximo, por edad.
Triple e insólito encuentro
La constatación del mal estado de salud de Camille se ha producido a través de un triple e insólito encuentro del animal con guardas de Medio Ambiente, de Aragón y del valle los días 5, 8 y 9 de este mes en Garde, en una zona próxima al puerto de Matamachos. "Es la primera vez que se le ve en directo y de día", explican desde Medio Ambiente.
El sábado 5, los guardas que realizan el seguimiento de Camille captando rastros (pelos, huellas, excrementos...) llegaron a estar, sin ellos esperarlo, a sólo 10 metros del animal. Éste se estaba alimentando de carroña de una vaca y salió huyendo nada más sentirlos.
Quienes siguen a Camille desde hace años destacan de este hecho que el animal no se percatara con más tiempo de la presencia humana, siendo su comportamiento, como el de todos los osos, tímido y huidizo. Además, no deja de ser menos sorprendente que haya permanecido en la misma zona varias jornadas, permitiendo ser avistado otros dos días más.
Medio Ambiente achaca este desacostumbrado comportamiento a que el animal, debido a su avanzada edad y a su mala salud, "busca alimento fácil". No obstante, el departamento no tiene aún constancia de ningún ataque de Camille a ganado este año.
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