El sudafricano Trevor Immelman, de 28 años, consiguió finalmente imponerse a Tiger Woods en el Masters de Augusta, en el que Miguel Ángel Jiménez acabó octavo
TRAS más de cinco horas de juego en la jornada definitiva, Trevor Immelman por fin se vistió de verde, para seguir la estela de su compatriota y leyenda del golf, Gary Player, el último sudafricano en ganar un Masters de Augusta, en 1978. Immelman, de 28 años, se impuso con una tarjeta de 75 golpes (-8 en total), tres por encima de Tiger Woods, que tuvo que conformarse con la segunda posición.
El Tigre tendrá que esperar otro año para conquistar el Grand Slam y su quinta chaqueta verde.
En tercera posición quedaron empatados Stewart Cink y el novato Brandt Snedeker (-4), la sorpresa de la semana, que pese a sus 77 golpes no perdió la sonrisa en ningún momento. También hay que destacar la estupenda octava plaza de Miguel Ángel Jiménez, la mejor clasificación para el malagueño en los diez Masters que ha participado. Su récord hasta ahora había sido el noveno puesto en 2002. El jugador de Churriana firmó la mejor tarjeta del recorrido final, con 68 golpes, su mejor vuelta en un Masters de Augusta.
El campo de Augusta National, que saliera de la brillante mente de Bobby Jones, ni siquiera dio facilidades a Trevor Immelman, poniéndole a prueba hasta el último golpe, cuando su bola cayó en la calle del 18 en una chuleta que le pudo haber complicado el título. El doble bogey del 16 puso a la familia de Immelman al borde de un ataque de nervios y dio esperanzas a Tiger, que se acercó a los tres golpes de diferencia, más por errores de sus rivales que por méritos propios. El aspirante número uno estuvo fallón en el "green", se equivocó en varias ocasiones, perdió calle más de la cuenta y todos los errores juntos le pasaron factura al final.
Tributo a un luchador
Tiger Woods contaba con que los líderes, inexpertos en estas lides, fueran cayendo uno a uno, como así fue. Paul Casey no aguantó los nueve primeros y Steve Flesch se vino abajo en los nueve segundos, como el novato Brandt Snedeker. No así Immelman, que defendió el fuerte hasta el "doble bogey" del 16 (par 3), cuando incomprensiblemente envió su bola al agua. Los últimos hoyos fueron de infarto, salvando el par "in extremis".
La victoria de Immelman ha sido un triunfo de la superación y la constancia después de que hace cinco meses fuera operado de un tumor en una costilla del tamaño de una pelota de golf. Se sospechó en un principio que podría ser cáncer, pero resultó ser benigno.
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