La primavera es temporada de la cebolla dulce, de sabor más suave
E S uno de los pescados más consumidos y asequibles del mercado. La trucha forma es un pescado semigraso que forma parte de la dieta mediterránea. Aunque la mayor parte de la trucha que se consume procede de piscifactorías, es en la primavera cuando se puede consumir la trucha de río.
"Hasta hace unos cuatro años años se vendía sin limpiar, pero cada vez hay más gente que la prefiere sin tripas, limpias, porque es más cómoda para cocinar", cuenta en la pescadería Itarte, de Pamplona. Su precio se sitúa entre los 5 y los 7 euros, según variedades y tamaños.
Aunque lo más común es comprarla fresca, también se puede encontrar congelada, ahumada y enlatada. La ahumada no requiere ningún tipo de preparado y va de cine con unas rebanadas de pan con mantequilla y un poco de limón.
En la cocina, la preparación de la trucha a la hora de cocinar un plato es muy sencilla. Basta con eliminar escamas, vísceras y agallas lavar (sin mojar demasiado para que no quede acuoso) y secar. Los expertos aconsejan que si se va a freír se puede dejar con la cabeza y parte de espina. Se puede preparar asadas, al horno, hervida y a la parrilla, aunque la forma más extendida es con jamón: Consiste en introducir una buena loncha de jamón en el interior del vientre de la trucha, enharinarla y freírla.
Desde el punto de vista nutricional, la trucha es un alimento muy nutritivo, y si se cocina de forma sencilla puede emplearse en las dietas hipocalóricas y bajas en grasas. Comparada con otros pescados, la carne de la trucha supone un aporte interesante de potasio y fósforo, mientras que el aporte de sodio, magnesio, hierro y cinc es más moderado.
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