Lo que era un centro inofensivo de Puñal se convirtió en un balón envenenado que Astudillo sólo tuvo que empujar
Cada temporada deja un gol que, por su importancia para el equipo, se graba en la memoria de los aficionados. Ocurrió con aquel taconazo de Rosado en Gijón la temporada del ascenso, el golazo de Jusué al Zaragoza o el gol de Delporte en Mallorca, entre otros. Seguramente, el de Astudillo se convertirá con el paso del tiempo en el símbolo de la permanencia del equipo en Primera en esta temporada.
Siendo justos, Osasuna encontró el premio en la jugada que menos lo merecía. El conjunto rojillo tuvo varias ocasiones bien fabricadas para haber marcado y no lo hizo. Tuvo que ser a balón parado y con la colaboración de Kameni, un guardameta acostumbrado ya a pifiarla contra Osasuna.
A la media hora de juego Kike Sola peleaba de cabeza con Jarque por un balón. El espanyolista le hizo falta al de Cascante a unos quince metros del área.
Un fichaje rentable
Patxi Puñal, habitual lanzador de faltas y el hombre que más balones cuelga al área de todo el equipo, sacó el balón al segundo palo. Parecía un lanzamiento inofensivo más que iba a acabar en las manos del portero. Sin embargo, Kameni falló y no detuvo el balón, que se encontró en su trayectoria a Astudillo. El argentino no tuvo mas que empujarla para conseguir su primer gol con la camiseta rojilla. Su fichaje en diciembre ya ha dado tres puntos en un momento muy delicado. Además, el argentino completó un buen partido.
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