Hace un mes casi nadie daba un duro por su continuidad en Fomento, sobre todo porque para muchos casi es persona non grata en Cataluña, principal graneros de votos del socialismo en las elecciones. Sin embargo, con el paso de los días Magdalena Álvarez Arza pasó de la lista de despedidos a la de dudosos, y algunos advirtieron que Zapatero podría renovarle su confianza para realizar una exhibición de fuerza ante quienes le achacan, dentro y fuera del PSOE, cierta endeblez.
De fuerte carácter y poco amiga de dejarse aconsejar, esta mujer, casada y con una hija, curtida en decenas de batallas, gaditana de nacimiento (San Fernando de Henares, 15 de febrero de 1952), fue durante meses el miembro más cuestionado del Gabinete por el caos que se vivió en los trenes de cercanías de Barcelona, que ahora parece sólo una pesadilla del pasado.
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