El vigente campeón del torneo apeó al conjunto estellés en una semifinal en la que las de Estella no estuvieron acertadas
No pudo ser. El Itxako se quedó ayer a falta de cuatro goles para conseguir el pase a la final de la Copa de la Reina, un título que se había convertido esta temporada en el principal objetivo del club estellés. El cuadro navarro, que nunca ha superado la ronda de semifinales, vio ayer truncadas todas sus ilusiones por un rocoso Akaba Bera Bera. El cuadro estellés estuvo en todo momento por detrás en el marcador y no ofreció el buen juego desplegado en los últimos compromisos.
Por su parte, el equipo de Reyes Karrere, vigente campeón del torneo, salió más asentado en la pista y, con un ritmo de juego muy alto, supo aprovechar mejor las situaciones de superioridad numérica, en las que fue incrementando las diferencias. De esta forma, llegó a colocarse hasta en tres ocasiones con cuatro goles por encima, situación que afectó a un Itxako intranquilo y con serios problemas ofensivos.
Fue un encuentro de pocos goles en el que la actuación de las dos porteras fue clave, especialmente para un Bera Bera que tuvo en Johanna Bouveret un pilar primordial para mantener sus aspiraciones.
Al término de la primera mitad, las de Ambros Martín encadenaron mejor su juego, recortaron y se fueron al descanso con el parcial 10-10.
Pero, en la reanudación, las cosas no fueron mejor. El Itxako seguía tocado y el Bera Bera mantenía la intensidad en un juego defensivo casi al límite. Se hicieron de nuevo evidentes sobre la pista los problemas en ataque del equipo estellés, que no conseguía materializar muchas de sus ocasiones de cara a la portería rival.
Los minutos pasaban y el Itxako seguía por detrás en el marcador, situación que evitó una concentración mayor de las jugadoras amarillas y una mayor confianza por parte local. La urgencia por recortar distancias en poco tiempo provocó prisas y precipitación en unos pases, que acababan en pérdidas de balón o en manos del propio rival.
Los últimos quince minutos del duelo fueron guipuzcoanos y, a pesar de que la afición amarilla (que llenó el polideportivo) ofreció hasta el final su apoyo, la derrota local ya se presentía. Con el marcador a su favor, las de Karrere jugaron con buen criterio y supieron matar a un Itxako que se vino abajo cuando el colegiado pitó el final. Fue el final de un sueño que, esta vez, se veía muy real.
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