La promotora es hija de Pablo Sanz, pionero del Camino y voluntario en la atención a los peregrinos que pasan por la zona
La atención al peregrino sigue teniendo en Azqueta, pequeño concejo de algo más de medio centenar de habitantes perteneciente al distrito de Igúzquiza, el apellido Sanz. Isabel Sanz Bueno, hija de Pablo Sanz Zudaire, uno de los pioneros del Camino de Santiago en la zona, puso en marcha la pasada Semana Santa un nuevo establecimiento a pie de ruta.
Con su bar, el Azketako, recupera un antiguo pajar familiar justo en el centro del pueblo, junto a la casa consistorial del valle y a la sociedad del concejo.
Aunque el establecimiento se orienta también a los vecinos en una localidad que hasta ahora carecía de locales de este tipo, los peregrinos han jugado un peso decisivo a la hora de poner en marcha el negocio. A siete kilómetros de Estella, Azqueta constituye a menudo un punto de parada para quienes salen temprano de la ciudad del Ega o Ayegui y se detienen a almorzar antes de llegar a Villamayor de Monjardín. Isabel Sanz, de 25 años, explica que los vecinos han ejercido a menudo la hospitalidad particular con aquellos que llegaban cansados, con problemas en los pies y pedían un vaso de agua.
Su propio padre, Pablo Sanz, forma parte de quienes han ejercido esta labor anónima. En el año 2003, recibía por ella un reconocimiento de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Estella. Pionero de una ruta que hizo por primera vez en 1965 en sólo seis días, se ha dedicado durante años a ofrecer, a pie de Camino, varas de avellano que él mismo hacía para los peregrinos. Su hija, al frente de su propio negocio desde el Jueves Santo, explica que, aunque no tan numerosos como durante ese periodo festivo, los caminantes siguen llegando en un goteo diario.
También para los vecinos
Isabel Sanz, que estudió Administración de Sistemas Informáticos en el Instituto Politécnico de Estella, se planteó la posibilidad del autoempleo tras varias experiencias laborales. "Eran trabajos temporales y no acababa de encontrar nada de lo mío, así que me decidí a poner esto en marcha aprovechando que tenía la posibilidad de acondicionar un local de nuestra propiedad", subraya.
Una vez perfilada la idea, contó con la colaboración de la asociación de desarrollo rural Teder, de la que ha ido de la mano para desarrollar su iniciativa. "Me han apoyado en todos los sentidos y han sido el pilar de este proyecto", subraya. También la gente del concejo, al igual que la de otras localidades cercanas, se cuenta ya entre su clientela en una zona escasa en establecimientos de hostelería. Hasta el momento, la sociedad del pueblo ha cubierto este papel los fines de semana y gestionada por los propios vecinos del pueblo.
Aunque ya a pleno funcionamiento y con varias semanas de actividad, quedan pendientes retoques en la cocina. Una vez lista, ofrecerá también bocadillos y platos combinados para mejorar el servicio al peregrino. "No es un establecimiento diseñado en exclusiva para la ruta, pero de no haber estado al pie del Camino no me hubiera animado", asegura. Como único bar del pueblo, el Azketako ofrece a la gente del distrito un espacio para ver el fútbol en compañía o compartir el rato del café.
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