Rajoy respondió que estaba de acuerdo en la idea de pactos por tratarse de "una necesidad nacional"
El segundo debate de la investidura, que apenas duró una hora, fue una síntesis de las larguísimas intervenciones del martes. Rodríguez Zapatero recordó que no cuenta con "mayoría suficiente" para gobernar en solitario y se mostró dispuesto a buscar "el acercamiento de posiciones y los acuerdos" con otros grupos, sin distinciones.
Para que no quedaran dudas, dijo que quiere pactar "con los que han preferido abstenerse", a los que agradeció su postura, e "incluso con quienes han votado en contra", a los que trasladó su "respeto" por la nula confianza mostrada.
El líder socialista volvió, no obstante, a dar un trato preferente al PP porque habrá "cuestiones", las consideradas de Estado, que requerirán su "colaboración singular". Y citó la estrategia compartida contra ETA, la renovación de los órganos constitucionales, Presidencia de la UE en 2010 y reforma de la administración de justicia.
La España del candidato
Zapatero se mostró convencido de que la España "democrática, pluralista y diversa" sólo se puede gobernar bien con diálogo y buscando acuerdos.
En este contexto se ha comprometido a apostar por el diálogo con sindicatos y empresarios, a practicar "con la máxima lealtad" el diálogo con las Comunidades Autónomas y a "ejercer el diálogo político para reforzar mayorías y llegar a acuerdos en los asuntos de Estado con todos los grupos y, en especial, con el principal partido de la oposición".
Como ya había hecho el martes, pidió la confianza de la Cámara para llevar a la práctica una "idea de España" progresista, integradora y justa que, según dijo, aunque es defendida de forma autónoma por los socialistas, puede ser compartida por la mayoría del Congreso.
Por su parte, Mariano Rajoy apostó igualmente por el acuerdo entre los dos grandes partidos en política antiterrorista y exterior, modelo de Estado y sistema de protección social "porque se trata de una necesidad nacional", y prometió que trabajará para dar una respuesta a esos asuntos.
De los pactos aseguró que "no sólo estamos dispuestos, sino que pedimos que se hagan".
Rajoy reiteró su preocupación por la situación económica de España y de las familias y, en este sentido, recordó los últimos datos económicos, como la subida un 0,9% de la inflación en el mes de marzo y las previsiones de crecimiento de la economía española hechas públicas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que lo sitúa en el 1,8% para 2008.
Rajoy argumentó su preocupación por la economía en los problemas "serios" de competitividad, de endeudamiento de las familias y de la empresas.
Crisis de liquidez
Respecto a la "crisis de liquidez" dijo que España "no está bien preparada" porque se necesitan 9.000 millones de euros mensuales para mantener el crecimiento, "y eso no es algo que esté al alcance de nuestras posibilidades".
Asimismo, subrayó la "seria crisis" del sector de la construcción, cuyas consecuencias está "sufriendo en sus propias carnes" el conjunto de los españoles.
Para Rajoy las medidas propuestas por Zapatero en su primer discurso de investidura son "insuficientes".
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