El titular de Economía se mantiene en el cargo del nuevo Gobierno
Pedro Solbes Mira volverá a llevar las riendas de la política económica del Gobierno en la nueva legislatura como vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, y lo hará con mayor autonomía y menos "competencia" de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno. Solbes, el hombre tranquilo, tendrá que gestionar la crisis económica que se prolongará al menos hasta 2010, una coyuntura muy distinta a la de los últimos años, en los que la economía española registró una de las fases de mayor crecimiento de su historia reciente, con un avance medio del PIB del 3,7 por ciento y la creación de cerca de tres millones de empleos.
A finales de noviembre del pasado año, el veterano político nacido el 31 de agosto de 1942 en Pinoso (Alicante), confirmó que repetiría como vicepresidente económico si el PSOE ganaba las elecciones, despejando una de las grandes incógnitas que desde hace meses planeaban en el entorno socialista. Solbes no sólo le dijo sí a Zapatero, sino que se "descubrió" como la revelación de la campaña al batir al flamante fichaje del PP, Manuel Pizarro, ex pesidente de Endesa, en el primer debate televisado de la campaña, y el primero realizado nunca por los responsables de la política económica.
Ahora Solbes, al que los populares recriminan ser un hombre cansado, sin fuerzas y sin ideas para hacer frente a la etapa de desaceleración de la economía, vuelve a tomar las riendas.
Experiencia para gestionar crisis no le falta a este doctor en Políticas y licenciado en Derecho y Economía Europea vinculado desde hace décadas a la administración, que entre 1993 y 1996 ya tuvo que hacer frente a la grave crisis económica al frente del ministerio de Economía en el último Gobierno de Felipe González, en el que dio los primeros pasos para preparar la economía para la entrada en el euro. Antes había sido ministro de Agricultura, entre 1991 y 1993.
Desde 1999, este hombre discreto, alérgico al protagonismo, cauto y un tanto críptico en algunas declaraciones, pasó a formar parte de la Comisión Europea como comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, trabajó directamente en la preparación del estreno del euro y se ganó el respeto de la comunidad internacional, durante un mandato que sólo se vió empañado por el escándalo financiero de Eurostat, la Oficina Estadística Comunitaria, del que fue exculpado.
En 2004, tras la victoria del PSOE en las elecciones, el joven Zapatero recurrió a la experiencia y prestigio de Solbes para liderar la política económica del Gobierno. Solbes prometió estabilidad macroeconómica y equilibrio presupuestario y lo ha cumplido. Puede presumir de haber sido el primer ministro de Economía en conseguir el superávit de las cuentas públicas, acompañado de un fuerte crecimiento de la actividad y el empleo.
Pero no todo han sido rosas en estos cuatro años. Entre las espinas, el culebrón de la OPA a Endesa, en el que Solbes vió en más de una ocasión como la Oficina Económica de Presidencia, liderada por Miguel Sebastián, trabajaba a sus espaldas, o el escándalo de la dimisión de su "amigo" Manuel Conthe de la presidencia de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) entre acusaciones de presiones de la citada Oficina.
Ahora todo indica que se librará de la sombra de la Oficina Económica, pero tendrá que lidiar con una crisis que ha sorprendido por su intensidad, que promete comerse el superávit y aumentar las listas de parados, especialmente en el sector del ladrillo.
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