Repite en el cargo tras el anuncio realizado por Rodríguez Zapatero
Controlar el potente aparato del Palacio de la Moncloa, coordinar los distintos ministerios, ser enlace entre el Gobierno y el Congreso, ser el rostro público del Ejecutivo y apagar los fuegos encendidos por sus compañeros de gabinete. Todo esto ha hecho, y con notables resultados, María Teresa Fernández de la Vega, de nuevo vicepresidenta primera, portavoz del Gobierno y prolongación de José Luis Rodríguez Zapatero en el mismo.
Una mejor de aspecto frágil que esconde una interminable capacidad de trabajo, una descomunal entrega y una habilidad para transmitir el mensaje gubernamental premiada con su presencia permanente en el 'top' de ministros mejor valorados por los ciudadanos. De la Vega, junto a Solbes y Rubalcaba, forma parte de la 'embajada' de la vieja guardia felipista en este 'nuevo PSOE'.
Su cercanía a los problemas surgidos en estos cuatro años, su presencia sobre el terreno tras catástrofes -el incendio de Guadalajara o el temporal en Canarias- su gestión para reconducir los 'agujeros' de otros, como la reciente huelga de funcionarios de justicia; su labor como complemento de compañeros de gabinete, como sus giras internacionales, son algunos de los 'haberes' de la vicepresidenta en esta convulsa legislatura.
También sus intervenciones parlamentarias con semanales agrios rifirrafes con el secretario general del PP, Angel Acebes, y con su compañero Eduardo Zaplana. Y su inagotable horario de trabajo que también conocen, y sufren, sus más estrechos colaboradores.
Nacida en Valencia en 1949, licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, De la Vega forma parte del Cuerpo de Secretarios Judiciales de la Jurisdicción Laboral.
Accedió al Gobierno en 1982 como directora de Gabinete del ministro de Justicia, Fernando Ledesma. Ha sido directora general de Servicios del Ministerio de Justicia (1985). Letrada-jefe del Servicio de Personal del Consejo General del Poder Judicial. Magistrada (1989). Vocal del Consejo General del Poder Judicial por elección del Senado (1990).
El salto lo protagonizó en 1994 de la mano del entonces ministro de Justicia, Juan Alberto Belloch, que la designó secretaria de Estado de Justicia. Ambos protagonizaron en aquella etapa la polémica sobre los 'papeles de Laos' y la rocambolesca detención del prófugo director general de la Guardia Civil, Luis Roldán.
Ha sido además diputada por Jaén (1996) y por Segovia (2000). Durante la VII Legislatura fue secretaria general del Grupo Parlamentario Socialista. Elegida diputada por Madrid en las elecciones de 2004, Zapatero la llamó para convertirse en su vicepresidenta política.
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