En 2001, la principal empresa del municipio, Calseg S.A, empresa de calzado de seguridad perteneciente al grupo francés Jallate, que empleaba a 112 trabajadores y que tenía unas cifras económicas positivas, decidió trasladar su planta a Túnez y desmantelar la nave que tenía en Artajona después de 23 años de actividad en el municipio. Ante esta situación, representantes municipales, de los trabajadores y del Gobierno de Navarra constituyeron una fundación que perseguía recolocar a los trabajadores y reindustrializar la zona. Esta labor dio sus frutos en diciembre de 2001, cuando la fundación supo del interés de la empresa catalana Tracoinsa, dedicada al desarrollo de procesos de ingeniería, construcción, fabricación e instalación de sistemas de transporte continuo para la industria general, para instalarse allí y aprovechar las favorables condiciones (cesión de terrenos y naves a cambio de cumplir determinados requisitos). Finalmente, la empresa no cumplió los objetivos y el único interés de la Fundación Artajona es resolver la situación actual para volver a dinamizar la industria.
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