El Bayern forzó la prórroga en el 89 y cuando perdía 3-1 acabó empatando a tres en los minutos 115 y 120
El Bayern de Múnich acabó con el sueño europeo del Getafe con un gol a la alemana de Luca Toni, en el último suspiro de la segunda parte de la prórroga, cuando el conjunto madrileño había aguantado la eliminatoria con un jugador menos desde el minuto tres del partido por la expulsión de Rubén De la Red.
Nunca hay que fiarse de un equipo alemán. El Atlético de Madrid lo vivió en sus carnes en la final de la Copa de Europa de 1974, cuando el Bayern empató la final en el último minuto e hizo inservible el tanto de Luis Aragonés. Más de treinta años después, la historia se repitió, esta vez para desgracia del Getafe.
Jamás se había hablado tanto de un partido en la humilde ciudad del sur de Madrid. No era para menos. Hace seis años, el Getafe se jugaba el ascenso a Segunda División con el Benidorm. Media década después, nadie imaginaba que el Bayern de Múnich, cuádruple campeón de la Copa de Europa, se presentaba en el Coliseum Alfonso Pérez con posibilidades de ser eliminado en cuartos de final de la UEFA por un club modesto.
Con el estadio repleto hasta la bandera y con múltiples personalidades de la vida política en el palco, los hombres de Laudrup saltaron al terreno de juego arropados incluso por el Rey. La hazaña de Múnich movilizó a todo el país, que se declaró adepto a la causa del Getafe.
Pero en cuatro minutos todas las ilusiones se vinieron abajo. Todavía había espectadores acoplándose a sus asientos cuando Rubén de la Red fue expulsado justamente por una entrada sobre Miroslav Klose. El alemán fue frenado en seco por el canterano del Real Madrid cuando enfilaba la portería defendida por Abbondanzieri. Quedaba un mundo por delante. Había que apelar a la épica. Ésta llegaría después en las botas de Cosmin Contra.
El rumano se cosió el balón a su bota, arrancó desde el centro del campo, dejó atrás a todos los alemanes que salieron a su paso y perforó la red defendida por Oliver Kahn. El Getafe se iba al descanso con 1-0.
Ottmar Hitzfeld, desesperado, sacó al campo la última bala que le quedaba en la recámara. Con Lukas Podolski sobre el césped, el Bayern de Múnich sumaba cuatro delanteros. Agazapado en su área, el equipo de Laudrup aguantó los constantes bombardeos. Al final, a la alemana, en el último minuto, Ribery marcó el empate y llegó la prórroga.
En una bendita locura, la que puso el mundo al revés en la fría noche madrileña, mandó un momento de inspiración al Getafe para marcar dos goles al inicio del tiempo de prolongación. Primero, Casquero con un trallazo desde fuera del área. Después, apareció Braulio para sentenciar. Pero el duelo no había acabado. El Pato la pifió en una salida y Toni aprovechó para marcar el segundo. Y la gran desgracia llegó en el último minuto. El italiano marcó el tercero y acabó con los sueños del Geta.
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