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NAVARRA DEPORTE

Un triste consuelo

Actualizada Jueves, 10 de abril de 2008 - 04:00 h.
  • FERNANDO CIORDIA . PAMPLONA

El MRA Navarra está triste. Le duele el alma de verdad después de haber echado por tierra una magnífica primera vuelta en la que alternó la tercera y cuarta plaza. Su caída no tiene límites y se resigna a terminar la temporada lo más dignamente posible. Ni siquiera le consuela haber empatado frente al campeón del mundo a falta de tres segundos para el final. La herida es profunda y sólo se curará cuando se termine el curso, se analice lo que se ha hecho bien y mal, y se planifique el siguiente.

No hay que darle más vueltas.

Ayer, en la consecución del segundo punto de los últimos 24, volvió a topar con su obligado banquillo reducido y su preocupante falta de acierto. La imagen de Javi Eseverri al marcar el 1-2 era demoledora. El capitán apretaba el puño, se tiraba de la camiseta y gritaba con rabia en señal de alivio tras una primera media hora repleta de ocasiones desperdiciadas, como un palo y una chilena posterior de Lukaian que salvó Rafa; y dos claras de Robert, una en cada parte, que no supo culminar.

Enfrente, el Interviú dio la sensación de jugar cómodo. Algunas veces su comportamiento defensivo era magistral y en otras era el MRA el que no sabía conducir una contra o definir. Lukaian se hartó de lanzar misiles que pegaron en los defensores y el portero, y Robert dotó al partido de la electricidad necesaria. Pero quien realmente activó al equipo fue Javi Eseverri, un deportista ejemplar que ayer asumió la responsabilidad. Con muy poco, el campeón del mundo se había colocado 0-2 al tiempo que las fuerzas comenzaban a escasear en los locales, hasta el esperanzador tanto del capi.

Una final entretenido

Después, Alexandre fallaba lo imposible a puerta vacía, Lukaian rozaba el empate y, de nuevo, Eseverri encontraba el camino del gol en el 37 con una sensacional acción combinada con El Toro que terminó con el tanto en propia puerta de Neto. Con el 2-2, el partido se rompió y ambos equipos se envalentonaron con el jugador-portero.

De manera increíble, a menos de 15 segundos para el final, el marcador se movería en dos ocasiones. Primero con el 2-3 de Neto aprovechando que Ortiz ocupaba la portería y después, con el genial gol del capitán navarro que haría justicia el esfuerzo. No bastó, sin embargo, para curar el dolor.


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